Antes que pensar en desalar el agua del mar, primero hay que rescatar la eficiencia de los organismos operadores del agua potable, estableció aquí Florencio Díaz Armenta.

El director regional del Organismo de Cuenca Noroeste manifestó que si se desperdicia al momento el 50% del agua potable y luego se quiere desalar la del mar, sería tanto como que los usuarios pagaran la ineficiencia de los organismos operadores.

Es cierto que con las desalinizadoras ya no se pone en riesgo la escasa agua dulce, pero el punto importante es analizar los costos o las tarifas que deberán cobrarse a la población por el uso de tecnología cara, destacó.

Aquí el problema ya no es de sustentabilidad, citó, sino de costos y si producir el agua potable a partir de la del mar impactará en las tarifas sociales, entonces tiene que analizarse muy bien.

En consecuencia, primero debe atenderse el reclamo de reparar las redes actuales de suministro a la población para rescatar el agua despreciada en fugas y eso mismo ayudaría a bajar las tarifas, consideró.

“Primero tenemos que corregir las fallas y después recurrir a otras fuentes más caras de suministro”, indicó.

Aunque a su juicio el Plan Hidráulico del Noroeste sería un detonador del desarrollo, dijo, debe analizarse también su costo beneficio para ver si existen recursos suficientes para traer agua desde el sur del país.

Pero el aspecto ambiental también debe analizarse, afirmó, porque esa agua de estados como Nayarit y Sinaloa y que fluye hacia las costas, genera vida en los sistemas estuarios y esa vida debe mantenerse.