Crece el uso de aguas residuales
Francisco González Bolón
Domingo 26 de Julio de 2009

Desde que en 1997 comenzó el tratamiento de las aguas residuales de Ciudad Obregón, el reuso del líquido saneado en la agricultura no termina de consolidarse.

Aunque ya algunos productores del Valle del Yaqui han experimentado incremento en el rendimiento de granos con el uso de aguas tratadas, aún no se generaliza el uso de unos 31.536 millones de metros cúbicos anuales generados.

Cajeme es de hecho el primer municipio de Sonora en el tratamiento casi completo de sus aguas negras, con dos plantas en la ciudad, reforzadas con las de Marte R. Gómez y Pueblo Yaqui.

Además, se ha entubado el dren Esperancita y está en marcha la obra para eliminar la contaminación generada por el dren de la calle 400.

Alberto Torres Garza, gerente de operaciones de Solaqua, empresa a cargo de las plantas tratadoras, asegura que en la del norte son tratados 500 litros por segundo de aguas negras, aunque la capacidad es para 850.

Y en la del sur, otros 500 litros por segundo reciben saneamiento, pero se puede llegar hasta 735 litros, enfatiza.

Con 31.536 millones de metros cúbicos de aguas residuales que pueden producirse anualmente, se llega a irrigar hasta cuatro mil 500 hectáreas del Valle del Yaqui.

Con 75 miligramos por litro de sólidos suspendidos totales y la demanda adecuada de bioquímicos de oxigeno, las aguas residuales tratadas en las plantas locales cumplen con la Norma Oficial Mexicana NOM-ECOL-001, precisa.


Los cultivos

Trigo, maíz, cártamo, algodón e incluso alfalfa son los cultivos que han recibido ya los beneficios de regarse con aguas residuales tratadas, pero estudios del Instituto Tecnológico de Sonora (Itson) han demostrado que son más aptas para la horticultura.

Si bien el saneamiento de las aguas negras elimina la contaminación de las bahías y esteros regionales, afirma Torres Garza, también se evita que los mantos freáticos se corrompan con los virus o metales pesados propios de las aguas negras.

De esa manera la población en general está protegida contra enfermedades y se genera un medio ambiente más sano para las actuales y futuras generaciones, asegura.

Trigueros, maiceros y algodoneros han visto ya cómo han mejorado sus rendimientos debido al uso de las aguas tratadas, afirma, pero los horticultores se han resistido a aprovecharlas.


En hortalizas

Un estudio del Itson en lechugas y tomates demostró que no hay riesgos para la salud humana al regar esas hortalizas con este tipo de aguas, expone, pero aún no se aplica en la horticultura comercial.

Los que ya tienen experiencia en el aprovechamiento de las aguas tratadas son los integrantes del Módulo de Riego Dos, pues lo generado en la planta sur se deposita en los canales de esa zona.

Mediante el proceso utilizado en las plantas tratadoras, en dos días y medio se genera el agua suficiente para la irrigación de cultivos.

Y al mismo tiempo, se aprovechan los lodos residuales que al llevarse como composta a los suelos del Valle del Yaqui, les regenera la materia orgánica que se pierde por la acción de la mano del hombre.

 

Las normas

La Norma Oficial Mexicana (NOM-ECOL-001), para el uso de agua en riego agrícola recomienda que los coliformes fecales no sean mayores de 1000 NMP/100 ml y los huevos de helminto de 1 a 5 huevos/litro.

Normalmente la calidad de un agua se compara con la dosis infectiva de cada uno de ellos: 1 unidad viral, 10 ooquistes de Crypotporidium y de 10 a 100 quistes de Giardia.

Un estudio reciente encontró que la presencia de Cryptosporidium como enterovirus están muy por debajo de los valores de dosis infectiva.

Sin embargo, en el caso de Giardia, se debe asegurar que su concentración no rebasa la dosis infectiva.

 
 

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