¡Milagro, milagro!
Juan Antonio Muñiz Acosta llevaba regalaba paquetitos de harina para que la gente hiciera pan o hotcakes.
Uno de estos paquetitos lo iba a donar a un transeúnte en la colonia México, cuando de repente aparecieron los policías y lo obligaron a entregar los paquetitos. Al abrir éstos, diéronse cuenta los gendarmes que la harina se había convertido en algo parecido a la cocaína.
¡Milagro!¡Milagro!, gritó Juan Antonio al ver la transformación de la materia y juró que eso era obra del Señor para que él, Juan Antonio, vendiera los paquetitos y así pudiera pagar la operación de un sobrino.
Como no le creyeran, intentó convencerlos con un donativo generoso de cuatro mil pesos pero los gendarmes, incorruptibles hasta la médula, rechazaron la oferta.
Ahora Juan Antonio realiza una estancia en el hotel “Las Rejas”, donde seguramente predica la palabra del Señor… de los Cielos.
Detienen a catrín naranjero
En el momento en que trataba de sacar sin pagar dos colonias Stefano, crema dental, un cepillo dental y un cinto de un Super ubicado en calle Galena y Jalisco fue detenido José Armando Ramos de 31 años, vecino de la ciudad de Hermosillo.
El nombre del super no lo decimos, por razones de Ley, pero sí mencionamos el cinismo del “ratero hormiga” quien argumentó que dichos objetos los necesitaba porque él es un caballero que no puede andar apestoso a sudor ni con mal aliento, mucho menos que se anden cayendo los pantalones. Por eso, dijo, tomé prestados esos artículos y después los iba a pagar.
Claro, los gendarmes no le creyeron y lo conminaron atentamente a subir a la patrulla.
Cuando se vio perdido, Armando, el vecino de Hermosillo, se desquitó burlándose porque los Naranjeros ganan campeonatos y los Yaquis no.
Eso ya calienta. Deberían mandarlo a Islas Marías.
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