Aunque no sirva mucho de consuelo, Sonora y México no son los únicos en ser afectados por la sequía.

Si bien durante los dos últimos días se han registrado lluvias, aunque no muy abundantes, en la zona serrana como Yécora, Tezocoma y San Bernardo, el fantasma del estiaje sigue rondando.

El secretario de Agricultura en Sonora, Alejandro Elías Calles Gutiérrez, confirmó que de los 800 millones de metros cúbicos esperados este mes como escurrimientos hacia las presas de la entidad, sólo han caído unos 300 millones.

El viernes, los informes de las presas sonorenses cerraron en un almacenamiento de cinco mil 768 millones de metros cúbicos, esto es un 72% de su capacidad total que asciende a ocho mil 12 millones de metros cúbicos, sin agujas.

Pero en realidad las presas que más agua tienen son las del sur de Sonora porque las del norte están prácticamente secas, lo cual es preocupante para las autoridades estatales debido al freno impuesto al desarrollo de muchas actividades por la falta del líquido.

Pero esta situación no es producto de la casualidad. En el océano Pacífico está presente este año el fenómeno conocido como “El Niño”, que amenaza con extenderse hasta marzo de 2010.

Expertos de la Organización Mundial de la Meteorología (OMM) indicaron que este suceso, caracterizado por un calentamiento de la temperatura de la superficie del océano Pacífico ecuatorial en las zonas central y oriental, eleva entre medio y un grado la temperatura, aunque en 1997 llegó a dos grados más.

Esa situación trae consigo múltiples problemas para los países, México entre ellos, pues la posibilidad del desarrollo de ciclones, que traen abundantes lluvias, se aleja considerablemente, tanto en el Pacífico como en el Atlántico.

A los siete huracanes presentados en el Pacífico y tres en el Atlántico durante esta temporada iniciada en mayo, se estima que podrían sumarse otros nueve en el primero y siete más en el otro océano.

Otras zonas

Pero Sonora no es la única entidad afectada ni México vive la peor temporada de sequía en el mundo.

Con “El Niño”, de acuerdo con la OMM, el sur y el este de Asia también se debilitarán los huracanes, llamados en esa zona “monzones” y el este de África verá recrudecerse la falta de precipitaciones.

Hasta donde los expertos pronostican, sólo Europa se salvará de las consecuencias de “El Niño”, llamado así porque a su aparición en las costas peruanas en la época de Navidad, los pescadores lo relacionaron con el nacimiento del niño Jesús.

“El Niño” es un fenómeno que se origina naturalmente por un calentamiento anormal de las aguas superficiales del océano Pacífico tropical, señalan los expertos.

Los alisios o vientos superficiales que fluyen desde el este hacia el oeste, a lo largo del Ecuador, sostienen, normalmente conducen las aguas cálidas superficiales del Pacífico ecuatorial hacia el oeste, Indonesia, y es compensado por el ascenso de agua más fría en las costas de Sudamérica.

Durante este fenómeno, los vientos alisios se debilitan y, en consecuencia, lo mismo ocurre con las corrientes oceánicas ecuatoriales, lo cual provoca un “desplazamiento” del agua cálida del oeste hacia el centro del Pacífico e inhibe el ascenso de agua fría en la costa de Sudamérica.

Se lleva lluvias

Del mismo modo, las zonas de máxima precipitación se desplazan desde el Pacífico occidental hacia el centro del océano.
Este fenómeno se produce en promedio cada cuatro años y generalmente se inicia durante la primavera local y otoño en Sudamérica, y dura en promedio, un año.

Los dos episodios más intensos se produjeron entre los años 1982 y 1983 y 1997 y 1998, según registran los antecedentes de “El Niño”.

En contraparte, “La Niña” es el fenómeno opuesto que se produce en la misma región.

Los oceanógrafos de OMM indican que ocurre cuando los vientos alisios soplan con mayor intensidad que lo habitual y refuerzan el apilamiento de aguas cálidas en el Pacífico occidental y dan lugar a un mayor ascenso de aguas frías en las costas de Sudamérica.