En la esquina de Náinari y Tlaxcala está otra muestra del derroche e ineficiencia de algunas dependencias oficiales.
La calle Náinari se repavimentó este año con una inversión millonaria de la que se habló ampliamente en todos los medios de comunicación.
Pero apenas vino la primera lluvia fuerte, la de "Jimena", y hoy muestra un estado deplorable, muy lejos de lo que se dice en los discursos oficiales.
Dinero tirado, dinero aportado por los contribuyentes, para obras que se realizaron al vapor, de prisa para presumirlas.