Bajo Reserva / El Universal
El avión todavía no llegaba al aeropuerto de la ciudad de México para cuando los mensajes ya le habían dado tres vueltas al mundo. Periodistas, ociosos, malpensados, adoloridos, preocupados, críticos o fans movieron por “mensajitos” de cel, MSN, correo electrónico, Facebook, Twitter y blogs decenas de teorías.
La más socorrida fue que se trató de una “Genaro Productions”: Que Genaro García Luna, secretario de Seguridad Pública Federal, se había armado su propio espectáculo con final feliz para confirmarse cercano al Presidente, ahora que despide gente.
Que hay mucho más detrás que no se nos ha dicho; que en cuanto bajó el avión, el personal militar utilizó un detector molecular GT200, “conocido como la pistola”, que confirmó la existencia de explosivos, y que el avión tenía dirección: el Hangar Presidencial.
Que se trató de una “Los Pinos Productions”: que el gobierno federal preparó el teatrito después de lanzar una bomba de 2% de IVA disfrazado y otras medidas impopulares un año antes de la cábala (en 1810, Independencia; en 1910, Revolución; en 2010, ¡agárrense!): futbol tricolor y avión secuestrado, un día después de presentar el Presupuesto 2010.
Y de todas las teorías, la más socorrida (mexicanista, para el Mes de la Patria) fue que los dioses conspiran contra este país.
Complicado saberlo, pero el mensaje más común, o la frase más recurrida fue: “Nomás esto nos faltaba”.
Ahora, si quiere culpables y los busca por medios electrónicos, aplique en su buscador favorito las palabras “fanático religioso”, “avión”, “septiembre” y “presupuesto”, y se sorprenderá la cantidad de figuras que saldrán: Bush, Osama, Obama, Calderón, Bruce Willis, Harrison Ford y, por supuesto, José Marc Pereyra Flores.