Quizá porque en el cofre del auto encontraron un garrafón de plástico con residuos de gasolina, un papel periódico y cerillos, los bomberos dedujeron que el incendio fue a propósito.
Pero Nelia Guadalupe Estrada Prado, con domicilio en la calle Alfonso Reyes 805, todavía no sabe por qué le quemaron su automóvil durante la madrugada de este martes.
El Dodge neón, modelo 2000, resultó con pérdidas totales, evaluadas en unos 30 mil pesos, de acuerdo con los datos de la Policía.
Cuando los “tragahumo” pusieron fin al incendio, se percataron de la presencia de los utensilios usados para iniciarlo, por lo cual ahora la Policía deberá investigar quién o quiénes pudieran ser los responsables de ese hecho.