Raudelio Arvizu Ayón se indigestó.
Cuando degustaba unos tacos por la calle Nuevo León, entre Hidalgo y Allende, fue detenido por agentes de la Procuraduría General de la República.
A esta persona no le pidieron que “pichara” los tacos sino que los acompañara porque apenas el martes pasado se encontró su licencia de manejo en el lugar donde estaba una granada de fragmentación.
Ese artefacto fue desactivado por elementos del Ejército Mexicano y de inmediato se iniciaron las averiguaciones para saber cómo había llegado a ese sitio.
La licencia permitió ubicar a Arvizu Ayón, a quien la situación se le complica porque se le encontró en posesión de arma de fuego, metanfetamina, cocaína y dinero.
Además de una pistola calibre .38 super, con su respectivo cargador abastecido con 10 cartuchos útiles, llevaba cuatro cargadores con otros 10 cartuchos útiles del mismo calibre y seis cartuchos más.
Pero también le encontraron una tarjeta de débito, un radio, dos teléfonos celulares, dos mil pesos, cuatro dólares y un envoltorio con metanfetamina que pesó 50 gramos y un envoltorio de cocaína con tres gramos 200 miligramos.
Entre sus antecedentes se cuenta que ha sido detenido en dos ocasiones, en 2001 y 2002, por delitos contra la salud e incluso estuvo sentenciado a cinco años de prisión por este tipo de delitos y se le aplicó una multa.