De autorizarse la siembra de semillas transgénicas, se perdería no solamente un patrimonio natural y cultural sino la salud de los mexicanos, dijo Olegario Carrillo Meza.

El dirigente de la Unión Nacional de Organizaciones Nacionales Campesinas Autónomas (Unorca) indicó que debe detenerse el cultivo de maíz transgénico.

“Nuestra riqueza biológica y de conocimientos tradicionales acumulados por siglos, es muy codiciada por empresas agrobiotecnológicas trasnacionales y el gobierno federal está cediendo a sus conveniencias sin pensar en los graves riesgos ambientales, con impacto en la salud y la economía”, dijo. 

Con la siembra de transgénicos, consideró, la economía rural sufriría la pérdida de semillas, pérdida de libertad, identidad y cultura.

Pero también habría pérdida del registro de patentes que obligará a los productores a pagar derechos a las corporaciones multinacionales y, para colmo, no es cierto que los cultivos genéticamente modificados otorguen mayores rendimientos.

Existen principios básicos que el gobierno federal no está respetando, como son el orden público e interés general, el principio de precaución ante la falta de evidencias científicas de que los transgénicos no dañan la salud humana, destacó.

Se está violando aun más la soberanía alimentaria, dijo, así como los derechos a la información y a la libre elección.

El campo mexicano es un reservorio de semillas nativas, un invaluable patrimonio genético y de conocimientos milenarios para México y el mundo y todo eso es lo que está en peligro, dijo Carrillo Meza.