Ave de tempestades, Margarito Montes Parra vivió siempre en la polémica.

Así como conquistó poder y amigos, también sembró enemistades, sobre todo en el ámbito agrario de la zona de Veracruz y Oaxaca, donde luchó por el reparto de tierras.

Nacido en Campo 5 del Valle del Yaqui hace 56 años, políticamente nació en la izquierda socialista. Militó en el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) hasta 1995.

Fue fundador de la Unión General Obrero, Campesina y Popular (Ugocp), que nació el 23 de noviembre de 1986, junto con el profesor Miguel Ángel Castro Cosío, José Luis Díaz Moll y Ricardo Valero.

Ellos provenían de diversas corrientes de opinión del PRT, del Partido de la Revolución Socialista (PRS) y el Partido Mexicano de los Trabajadores (PMT).

Pero cuando Montes Parra intentó dirigir el rumbo de la Ugocp hacia el PRI, el resto de la militancia lo enfrentó y se dividieron, en 1995.

Lo expulsaron de la organización y del PRT, por lo cual surgió una nueva Ugocp, la del Grupo Santacruz, ligada a Carlos Salinas de Gortari.

Combatió las guardias blancas de los caciques de Veracruz y Oaxaca, por lo que al ser asesinado en 2006 César Toimil Roberts, dirigente de un organismo llamado Crocut, se le ligó a ese hecho.

Pero su memoria quedará para siempre: en el municipio de Santiago Sochiapan, en el Estado de Veracruz de Ignacio de la Llave, una comunidad fue nombrada como “Margarito Montes Parra Ejido”.

En esa zona del país fueron asesinados dos hermanos de Margarito, a saber Genaro y Héctor “Machi” Montes Parra, así como un familiar conocido como “Cayo” Parra, todos del Campo 5.

El 26 de marzo de 2007, durante una balacera al interior de un palenque de gallos en Cócorit, falleció su hijo Jorge Adrián Montes Vega, de 26 años.

La tarde de este viernes, Montes Parra cayó abatido por las balas de alto calibre, al parecer al acudir a una fiesta familiar.

Junto con él falleció un hijo más, Luis Montes Orozco, de 14 años, procreado con Gabriela Orozco Robles, de 38 años y también ajusticiada en el rancho “El Alamito”, ubicado en el kilómetro 28 de la carretera Hornos-Tesopaco.
 
Dos nietos de Montes Parra, Elena y Miguel Montes Jiménez, de 4 y 5 años, así como Asalia Montes Rodríguez, de 9, se encuentran también entre las víctimas.
A pesar del hermetismo oficial se ha sabido que otros fallecidos fueron José Ángel Sánchez Cerecer, su brazo derecho, así como Rubén Molinares Robles, Víctor Alanís, César Medina Sánchez, Miguel Montes Herrera, Jesús Meza, una de apellidos Corral Loaiza y uno más llamado Álvaro, al parecer originario de Oaxaca.

Al parecer Roberto Pérez Cruz, único sobreviviente, reacciona favorablemente en el Hospital General de Ciudad Obregón.

Los cuerpos quedaron dentro de dos camionetas, una Durango de color gris y una Lincoln, ambas de modelo reciente.

Se presume que fueron emboscados al salir del camino de terracería que conduce al rancho para subirse a la carretera, sin posibilidades de defenderse.

Elementos de la Policía Municipal fueron advertidos con una llamada anónima de una balacera en el rancho, pero al acudir los elementos de Esperanza se dieron cuenta de la masacre.

Corporaciones de la municipal, estatal y federal, así como del Ejército Mexicano se apersonaron al lugar para iniciar las averiguaciones, pero mostraban también confusión sobre lo sucedido.

De igual manera se iniciaron operativos en la zona, con muchos recovecos debido a la presencia de cerros y ranchos, para tratar de dar con los asesinos.

En meses recientes encabezó un movimiento del sector pesquero, con la denuncia de que no hay apoyos para este sector.

Para este sábado se preparaba una cabalgata en conmemoración del reparto agrario de 1937.

Partirían los jinetes de Quetchehueca al Campo Cinco o ejido Cuauhtémoc, dos de los más representativos de ese reparto de Lázaro Cárdenas del Río.

Montes Parra había tenido altercados verbales con el ex gobernador Eduardo Bours Castelo cuando su hijo Jorge fue asesinado en un palenque de Cócorit.

En esa ocasión opinó que las autoridades de Sonora se habían aliado a los grupos delictivos e incluso a su regreso a Sonora Montes Parra denunció que se había exiliado por las amenazas de muerte en su contra.