Pruebas de ADN a los padres de los jóvenes desaparecidos el pasado 26 de octubre y cateos domiciliarios emprendió la Procuraduría de Justicia del Estado en torno al hallazgo de cuatro cadáveres putrefactos, el viernes.

Fuentes de la Policía destacaron que debido al avanzado estado de descomposición de los cadáveres encontrados en la calle 5, entre Base y 100, se debió recurrir a exámenes de los genes para saber si corresponden a los cuatro muchachos “levantados”.

Se indicó que los padres de Othón Higuera Salas, de 19 años; Luis Ángel Amavizca Márquez, de 15; Guillermo Meza Acuña, de 20, y Pablo Urías Moreno, de 19, estuvieron de acuerdo en los análisis de sus ADN.

De esa manera es como podrá determinarse si son sus hijos, se precisó, puesto que a simple vista no pudo hacerse pues los días en que estuvieron tirados entre la maleza fueron carcomidos por animales y desfigurados.

Mientras tanto, en colonias como Casa Blanca se realizaron cateos de algunos domicilios como parte de la averiguación previa por el cuádruple homicidio.

Hasta entrada la noche, la Procuraduría de Justicia del Estado no había informado sobre las pesquisas realizadas o la posible identificación plena de los asesinados.

Se especula sobre la posibilidad de que los jóvenes desaparecidos hace dos semanas hayan tenido deudas con algún narcotraficante y al no poder pagarle los “levantó”.