Cual judíos errantes, los empleados del Servicio Postal Mexicano (Sepomex) celebraron su día.

Desde que en junio pasado Protección Civil ordenó desalojar el edificio de Miguel Alemán y Zaragoza por el desprendimiento de parte del techo, los carteros no ven la suya.

A pesar de que personal de Sepomex de la capital del país visitó el edificio para evaluar los daños, es hora de que no se realiza reparación alguna del inmueble, indicaron los empleados.

A la intemperie, sin seguridad para la correspondencia y sus equipos, algunos de los cuales fueron robados, los 60 empleados de Sepomex se distribuyeron en tres oficinas:

Unos en la Federación de Sindicato de Trabajadores al Servicio del Estado (Fstse), otros en las oficinas de la colonia Constitución y otros en las de Morelos y Querétaro.

Aunque extrañan su grande edificio central, inaugurado en noviembre de 1964, los carteros siguen distribuyendo entre 130 mil y 150 mil piezas cada mes, refieren.

Este jueves salieron a las calles como de costumbre a entregar la correspondencia, pero será para este viernes esperan la celebración de su día que en forma tradicional se realiza.

No obstante las condiciones en que laboran, dicen, el ánimo no decae y menos al recibir las felicitaciones de parte de los usuarios del servicio, algunos de los cuales les entregan dinero y otros uno que otro regalito.

Con lo que logran juntar, ellos mismos se preparan un convivio con carne asada y cervezas.

Otros aprovechan para pagar una que otra deuda con sus amigos, vecinos o compañeros de trabajo, afirman.

Lo que más desean, empero, es que ya les arreglen el edificio central pero no se ve que a corto plazo vaya a suceder.

“Es que, a pesar de que amablemente nos dieron asilo, el mismo refrán dice que el muerto y el arrimado a los tres días apestan”, sostienen entre bromas.