Dentro de la estrategia de difusión de innovaciones agrícolas que han seguido las instituciones dedicadas a la investigación agrícola y pecuaria en México, los “días de campo” o demostraciones de avances de investigación han jugado un papel preponderante en esta estrategia, señala Adolfo González Riande, del área de Comunicación del INIFAP.
En el Valle del Yaqui, el “Día del Agricultor” se ha venido desarrollando ininterrumpidamente desde 1956, es decir, ya casi 51 años de existencia.
En los primeros años, algunos técnicos y productores recuerdan que el evento era precedido de un ambiente festivo, con las notas de música de banda sinaloense, y en la parte gastronómica ¡hasta barbacoa y cerveza se servía a los asistentes!
Borlaug, precursor del evento
Revisando los antecedentes regionales, Lennard Bickel en su libro “La Revolución Verde”, describe a Norman Borlaug como el iniciador de los días de campo agrícolas en la primavera de 1948.
Bickel nos ilustra ampliamente este pasaje de la primavera del 48. Bickel relata:
“Borlaug tenía la inquietud de que los agricultores del valle, conocieran la clase de trigo que podía cultivarse mediante la investigación moderna a través de la aplicación de la tecnología.
Como estrategia, señala Bickel:
”Borlaug organizó un evento demostrativo en parcelas experimentales y buscó donde fuera el sitio propicio para dar explicaciones técnicas a los agricultores”.
Por otra parte, relata el propio autor:
“Borlaug estaba particularmente deseoso de hacer una demostración en lotes de productores, y que los que tenían mayor influencia, es decir los líderes de opinión, como don Rodolfo Elías Calles, vieran el tipo de trigo que podía cultivarse mediante la investigación moderna y la aplicación de técnica de cultivo.
La idea, se supone, se había detenido simplemente porque se requería tiempo para las cosechas. Finalmente, en la primavera de 1948, se decidió que ya era el tiempo ideal.
Bickel clarifica, que este evento de 1948, lo que serían más tarde los Días de Demostración, lo realiza Borlaug y sus amigos Roberto y Teresa Maurer, y es precisamente ésta última quien escribe personalmente a mano dos docenas de invitaciones con letra clara.
Se dice también, que Roberto Maurer, le platica al Ing. Reza Rivera, un funcionario del Gobierno, las bondades de este tipo de demostraciones, con la idea de que éste persuadiera a algunos amigos y funcionarios para que asistieran a la demostración.
Como parte de esta tarea, Agrega González Riande, Borlaug había organizado un programa de viajes a las parcelas experimentales y explicaciones para los productores. La anécdota relata, que Borlaug tuvo que esperar sentado en la caja de una camioneta, acompañado de sus ayudantes: Rupert, Campos y Enciso.
Sólo cinco personas habían asistido a la cita de aquel mediodía de primavera del 1948, entre ellos, Aureliano Campoy, la señora Jones, Roberto Maurer y dos vecinos de él. Borlaug pacientemente aguardó toda la tarde a la espera de los agricultores, como don Rodolfo Elías Calles, Eduardo Vargas y Jorge Parada, entre otros, pero no llegaron.
Esta mala experiencia, orilló a Borlaug a rediseñar una nueva estrategia para hacer llegar su mensaje a los productores.
La historia ya es muy conocida, el Día del Agricultor a mediados a partir de 1956 fue instituido por el CIANO, y por otros centros de investigación a lo ancho y largo del país.
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