Puerto Prínicpe, Haití.- En medio del caos y la destrucción, enojados haitianos levantaron barricadas con cadáveres en Puerto Príncipe para protestar por la demora en la entrega de la ayuda necesaria luego del devastador terremoto que sacudió Haití el martes.
“Están empezando a bloquear los caminos con cuerpos..., se está poniendo feo, la gente está cansada de no recibir ayuda”, advirtió Shaul Schwarz, fotógrafo que trabaja para “Time”.
La ayuda procedente de todo el mundo y necesitada con urgencia en Haití comenzó a fluir lentamente por la nación caribeña, pero los problemas de logística y un vacío de liderazgo dificultan la entrega de los suministros.
La Cruz Roja calcula que los muertos por el terremoto podrían sumar entre 45,000 y 50,000, aunque hay versiones que sitúan la cifra en 100,000 e inclusive en un millón.
Además, tres millones de haitianos resultaron heridos o perdieron sus hogares.
“Ya enterramos a 7,000 personas en una fosa común”, dijo ayer el presidente Rene Préval a periodistas en el aeropuerto de Puerto Príncipe, donde se está viviendo debido a que el Palacio Presidencial resultó dañado y está a punto de derrumbarse.
Aviones con insumos comenzaron a aterrizar en Puerto Príncipe más rápido de lo que los equipos en tierra podían descargarlos y las autoridades de aviación restringieron los vuelos desde el espacio aéreo estadounidense ante el temor de que los aviones quedaran sin combustible mientras esperaban aterrizar. El flujo de ayuda aún debe llegar a los haitianos, que deambulaban por las destrozadas calles de la capital buscando desesperadamente agua, alimentos y ayuda médica.
“El dinero no sirve para nada en este momento. La moneda que importa ahora es el agua”, dijo uno de los rescatadores.
Los actos de pillaje también se están extendiendo. Saqueadores irrumpieron en un supermercado y se llevaron electrodomésticos y bolsas con arroz. Otros sacaron gasolina de un camión cisterna que había chocado.
“Los policías están ocupados rescatando o sepultando a sus propios familiares”, afirmó el empresario Manuel Deheusch. “No tienen tiempo para patrullar las calles”, añadió.
El primer ministro británico, Gordon Brown, dijo que Haití sufrió una tragedia que vas más allá de la imaginación y “debe convertirse en el centro de la atención mundial, la compasión y la ayuda humanitaria”.