Hasta lo que comen ha cambiado para los menores internos del Instituto de Tratamiento y Aplicación de Medidas para el Adolescente (Itama), en Cócorit.

Y es que de comer muchos alimentos abundantes en grasas, ahora consumen frutas, verduras, chorizo de soya en vez del de cerdo o el atún en agua por el de aceite.

Tirso López Maldonado, director del Itama, afirmó que hay espacios más amplios para la práctica del deporte e incluso se está en pláticas con la Biblioteca Pública para llevarles libros diversos.

“Tenemos que facilitarle a los jóvenes su reinserción a la sociedad para que no los estigmaticen sino que los entiendan y los apoyen”, aseguró.

De ese modo, sostuvo, si es posible la readaptación social y se cuenta con estadísticas de que en el Itama de Cócorit hay una baja reincidencia de jovencitos.

A ellos se les prepara permanentemente, dijo, con clases de primaria o secundaria y pronto de preparatoria ya que hay 15 inscritos y 20 más aspiran a registrarse.

Con capacidad para 120 internos, el Itama tiene hoy 103 menores que cometieron principalmente el delito de roo con violencia, pero los hay en menos grado por drogas u homicidios, dijo.

El promedio de estancia en el centro es de ocho meses, afirmó, y son muy pocas las niñas que son enviadas, pues no pasan de tres y la última que estuvo fue sólo por dos días.

Se habilita un taller de computación y se rescatarán los de panadería, carpintería y herrería que estuvieron abandonados, sostuvo.

Vinculados con las organizaciones de apoyo social, se ayuda a los jovencitos a ir mejorando sus conductas e incluso en días recientes obtuvieron 320 cobijas y el DIF entregó 100 colchonetas.

“Queremos ante todo brindar las condiciones para que los menores no reincidan en los delitos y todo se logrará con educación, deportes, una buena alimentación y orientándolos”, precisó.