Lo que sucede en el emparrillado es una cosa. Allí se pelean los hombres por un balón ovoide y cada quien saca la mejor parte de su fuerza muscular.

Pero a un lado de ellos la cosa es muy diferente. Alrededor de la cancha está la belleza, la gracia, el coqueteo y la explosión juvenil de las porristas, las Cheerleaders que le han dado el toque femenino al futbol americano.

Para llegar a ser una de ellas no basta con ser bella y ágil. También hay que tener mucha paciencia y disciplina para soportar las largas horas de ensayos que implican las rutinas a exponer en cada juego.

Miles de jovencitas en la Unión Americana quieren ser parte de un grupo de Cheerleader en la NFL, pero son realmente pocas las que logran alcanzar esa posición.

Por eso a nadie extraña la exhuberante belleza de las porristas, escogidas entre las chicas más guapas de su país después de varios filtros y tras cumplir con los exigentes reglas que impone el mundo del espectáculo.

Para que vea que nada de esto es menitra, nada más cheque estas fotos de las porristas de los Potros de Indianápolis, las chicas que no dejaron de reirse y de reflejar su alegría mientras sus compañeros de equipo eran vapuleados adentro de la cancha.