Remembranzas
Por Víctor Manuel Zárate Urbina
A un paso del retiro definitivo, tomo nuevo aire y vuelvo a las columnas, siempre con la esperanza de encontrar espacio. Ya lo encontré, gracias a Dios.
Como en el teatro, empezamos…
Decía un viejo maestro que me guió en mis años de seminarista (como quien dice ayer), que “la ociosidad era la madre de todos los vicios” y con ello nos conminaba a no permanecer jamás inactivos. A la hora del rezo, señalaba, rezar, a la hora del estudio, estudiar y en los ratos libres dar rienda suelta a nuestras ideas leyendo o escribiendo. Pero nunca, decía, dejes de ocupar tu mente en algo positivo.
Hurgando en los recuerdos he llegado a la conclusión de que ahí se inició mi afición por plasmar en frases, no siempre bien logradas, las vivencias que con el correr de los años podrían ser tema para una larga historia con pasajes de todos colores y sabores.
Han corrido los años con velocidad récord y pese a las intenciones no se ha cumplido a cabalidad con la vieja sentencia que aconseja: “sembrar un árbol, tener un hijo y escribir un libro”.
“Nunca es tarde para empezar”, es otro consejo que escuche hace muchos años y que he repetido en infinidad de ocasiones. Sin embargo he dado el consejo, sin poner el ejemplo. Ahora, luego de haber cumplido mis primeros ochenta años ha surgido un nuevo “envite” para sacar del arcón de los recuerdos remembranzas de hechos de los que he sido testigo en el curso de los años.
La tarea no es fácil, la memoria con frecuencia se niega a descubrir lo que deseamos recordar pero a lo mejor es cierto lo que dijo José Alfredo Jiménez y “voy a sacar juventud de mi pasado”.
En los ratos libres que me permita mi labor en la Secretaria de Turismo de Sinaloa, daré rienda suelta al anecdotario que guardo celosamente en la sesera.
Trataré de alejarme de la política, cosa que considero difícil, porque es algo que apasiona. Es cierto, es ahora un juego peligroso. También, es justo señalar, el periodismo ha sido, siempre, actividad de alto riesgo. En la actualidad la aventura es más riesgosa. Las leyes contradictorias que nos rigen, permiten a partidos y partidistas hacer mofa de lo que debe ser respetable en un mundo libre y democrático: la libertad de expresión pues en los medios se da cabida a tránsfugas de la política y un que otro delincuente, que ven en esta libertad la oportunidad de desquitarse, aunque sea lanzando improperios y falsedades.
Para que digo más. Solo espero lograr el beneficio de un espacio en medios para mantener viva la intención de escribir algunas remembranzas.
Que Dios los bendiga.