En medio de solicitudes de justicia, familiares de Humberto Aispuro Rodelo le dieron este jueves cristiana sepultura.
Luego de una misa de cuerpo presente en la Parroquia de María Madre de la Iglesia, en la colonia Cortinas, los restos del tercero de los dirigentes del transporte urbano asesinados el martes en Vícam fueron llevados a las oficinas de la CTM.
Como dirigente del sindicato de los transportistas, expuso Carmen Alicia Camacho, dentro de la CTM siempre se le tuvo mucho respeto porque supo ganárselo con trabajo y honradez.
Por ello, es lamentable que se hayan dado estos sucesos, manifestó.
Pero familiares del desaparecido dirigente indicaron que hay necesidad de ir al fondo de este crimen porque no creen en la versión oficial de “hechos circunstanciales”.
No solamente entre la familia sino entre los mismos transportistas hay indignación por los homicidios, puntualizó, debido a la saña utilizado para tratar de acallarlos en medio de una lucha por mejorar las tarifas del transporte urbano.
Quizá las autoridades de la Procuraduría de Justicia hagan creer a muchos en su versión de un comando por la carretera, afirmaron, pero la realidad es que desde que los cuatro dirigentes salieron de un restaurante en la carretera tras comprar café, ya los seguían.
“Un delincuente, un asaltante no te sigue dentro de la ciudad si ya no te alcanzó en la carretera. Pero a ellos los obligaron a bajarse de la camioneta, los arrodillaron, les dispararon y hasta el tiro de gracia les dieron”, expusieron.
Por ello, dijeron, tanto los transportistas como las familias afectadas habrán de exigir pleno esclarecimiento de los hechos.