Moisés Sandoval Zubieta (23) da lástima. Después de que tiene reúmas la policía lo detiene.
Sí señor, Moisés debe estar reumático o artrítico, por eso traía varias porciones de mariguana, porque le han dicho que quita los dolores que provocan tales enfermedades.
Pero los policías, siempre tan desconfiados, no creyeron esa versión y se llevaron a Moisés con todo y los ocho bulbos que traía envueltos en bolsitas de plástico y acomodados entre sus partes nobles, nomás para curarse los dolores.
Cuando los agentes llegaron con la hierba al edificio de Seguridad Pública se oyeron varias voces que gritaban “¡Presta pa’ la orquesta!”. Eran otros detenidos, por supuesto.
Son adictos… al teléfono
Muy contenta estaba Blanquita Samaniego en su MiniSuper, allí en la colonia Primero de Mayo, atendiendo a los clientes con su habitual sonrisa, muy guapa ella, cómo le va, en qué le puedo servir.
En eso estaba cuando un mozalbete al que apodan El Mabel le pidió que le vendiera una tarjeta telefónica y ella, muy confiada, delante del sujeto abrió la bolsa donde tiene las tarjetas y el dinero.
Pá luego es tarde, dijo El Mabel, le arrebató la bolsa a la ingenua Blanquita, se llevó las tarjetas y el dinero que había allí.
“¡Agarren al ladrón!”, gritó ella, pero el tipo corrió en compañía de otros dos cómplices que lo esperaban fuera del MiniSuper, esquina de Obrero Mundial y Villahermosa.
Luego luego a llamar a la policía y en menos de lo que canta un gallo tartamudo llegaron los señores agentes, muy caballerosos y galanes con la afectada quien les dio santo y seña de los rateros.
Con esa información les bastó a los agentes para atrapar al Mabel, apodado Ismael Lugo (24), y a sus socios El Mortal alias Adríán Alaniz (31) y Álvaro Armenta (19).
Cuando explicaron el motivo de su delito, dijeron que son adictos al teléfono, no pueden estar un rato sin platicar con sus amistades vía telefónica.
Ahora juegan al teléfono escondido en los separos de la honorable institución policiaca.
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