Entre 1913 y 1914 los acontecimientos hostiles con Estados Unidos se encadenaron de tal manera que pondrían en riesgo la soberanía de México. En agosto de 1913, nuevamente fracasaron las negociaciones de paz y los acontecimientos revolucionarios se precipitaron. Al mismo tiempo creció la animadversión de los mexicanos contra Estados Unidos y sus ciudadanos que vivían en México.
Los Estados Unidos advirtieron a sus ciudadanos que abandonaran México, pero no todos siguieron el consejo. En septiembre de 1913 la situación se volvió tan grave que Woodrow Wilson, recién nombrado presidente, supuso en riesgo vidas y propiedades de sus connacionales y ordenó rescatar a algunos de ellos del Valle del Yaqui.
En los registros de la Marina de los Estados Unidos aparece una referencia desbalagada que aparentemente no incumbe a los sonorenses. La cita del libro American Naval History: A Illustrated Chronology of the US Navy and Marine Corps, 1775-Present, es breve y dice: “A detachment a marines from the transport buffalo conducts of evacuation for americans citizens from Ciaris, Mexico, during a period of revolutionary disturbances”.
Por informes escuetos se sabe que por esas fechas cinco navíos americanos fondearon durante días frente al Puerto de Guaymas. Los marines evitaron pasar los territorios dominados por los yaquis, en lugar de recorrer el trecho de Guaymas a Cajeme, planearon una operación marítima excepcional.
La misión que se describe en el libro de historia naval americana se refiera a la navegación de marines norteamericanos en el Estero del Ciari, muy cerca de la desembocadura del Arroyo Cocoraque, donde desembarcaron con gran reserva, sin desplantes castrenses, sin que haya registros de combates ni de disparos, tampoco desfiles o fotos.
Despuntando el alba del 5 de septiembre de 1913 y con las armas en ristre, frente a los médanos de la Isla Huivuilai, una partida de cuatro infantes de la Marina de Estados Unidos descendió del crucero Buffalo; acompañados del agente consular de Guaymas, caminaron a través de los terrenos enmontados del Valle Yaqui, hasta recalar en algún sitio que hoy queda en el corazón de Esperanza.
En la Casa Verde, enclave de Davis Richardson, socio mayoritario de la Compañía Constructora Richardson, un centenar de empresarios, mineros, agricultores, ganaderos y aventureros, llegados solos o con familia de Estados Unidos y países europeos, secretamente terminaban los preparativos para irse de México.
Dos días después, el 7 de septiembre, los soldados americanos de nuevo le sacaron la vuelta al territorio yaqui, al rojo lumbre por el conflicto revolucionario, caminaron en línea recta hacia el sur, hasta que abordaron la nave acompañados de 12 ciudadanos estadounidenses y 83 de otras nacionalidades.
Tras una semana de navegación, los miembros de la Cruz Roja de San Diego recibieron a los refugiados que huían de México y a los que amparaba el gobierno americano, quien se encargó de trasladarlos varios puntos de Estados Unidos, a otros países, o les dio asilo.
Aún con acendrada animosidad nacionalista, la operación de El Ciari difícilmente podría considerarse intervención militar, aunque no por ello dejará de tener la etiqueta de incursión de soldados extranjeros en territorio mexicano, no por otra cosa aparece en esos términos en el historial de la Marina de los Estados Unidos.
P. S. Saludos a Lorenia Cuamea en Pótam.