Alegorías
Jesús Huerta Suárez
Miércoles 04 de Abril de 2007
Y llegó la Semana Santa del 2007, qué hace que estábamos dándonos los abrazos de Año Nuevo. Así se va la vida, en un abrir y cerrar de ojos, y dicen que entre más años tiene uno más rápido parece pasar el tiempo… Pero más que pensar en lo rápido que pasa el tiempo pudiéramos no darle tanta importancia al tic tac del reloj y vivir más intensamente nuestras vidas… Es en estos días de Semana Santa que se presta para pensar un poco en olvidarnos de nosotros mismos y en lo que podemos ser para los demás; de tratar dejar morir nuestro ego, tal y como nos lo recomienda quien en estos días, pero hace 2007 años, murió a manos de la conciencia colectiva que una vez más se equivocó.
Digo que se equivocó, porque Cristo hacía milagros, grandes milagros, hablaba con palabras de sabiduría, me imagino que la imagen que proyectaba debió haber sido muy poderosa, con un espíritu tan fuerte que con solo tocar a la gente la curaba, pero sobre todo, con una fe que movía montañas, y aún así la mayoría lo consideraba un provocador, un enemigo, un loco y así terminó siendo cruelmente crucificado… Creo que de volver a existir de manera física o material como se dio en esos tiempos, lo volveríamos a matar pues hasta la fecha no hemos cambiando mucho. Los ojos de la mayoría siguen cerrados, lo mismo que sus corazones.
O si es como dijo Joan Osborne en su canción ¿Y si Dios fuera uno de nosotros?... sería solo un desconocido más en el camión tratando de regresar a casa, solamente tratando de llegar a casa como una piedra rodante sagrada para estar de nuevo en el cielo completamente solo, sí, tratando de volver a casa a donde nadie le llama excepto, quizá, el Papa desde Roma.
¿Y si Dios es uno de esos fetos que se quieren abortar? ¿Y si Dios ya está entre nosotros y no nos damos cuenta? ¿No estaremos repitiendo la misma historia, sólo que ahora lo matamos de otras maneras?
En fin, muchos no tendrán dinero para salir de vacaciones, y otros, no tienen ni para quedarse, pero por ahora creo que lo más trascendente sería tratar de entender un poco el significado de estos días entonces las cosas no serían tan superficiales.
Caminando por las calles me encontré un árbol de moras, recogí algunas y me hice una buena mermelada de moras de la región. Descubrí que con yogurt saben a gloria, y, también, que la moral no es árbol de las moras como dijo tiempo atrás un cínico político mexicano cuando le preguntaron si sabía qué era la moral en la política.
Jesushuerta3000@hotmail.com
“El más grande desafío del hombre es siempre superar su más grande desafío”
National Geographic