Boletines de prensa
Adolfo González Riande
Lunes 14 de Mayo de 2007
Los puestos directivos en las instituciones generan siempre una controversia, que si son los elementos idóneos, qué para que nombraron a ése, que si tuvo un buen padrino, en fin, siempre habrá algo que decir de “los jefes”, para bien o para mal.
En sus casi 50 años de existencia, el Ciano ha tenido un centenar de jefes o mandos medios, de diversa preparación, los ha habido desde doctorados, elementos con Maestría en Ciencias, hasta modestos ingenieros agrónomos.
Por supuesto, aplicar las políticas institucionales ante un grupo de colaboradores, no siempre resulta una tarea sencilla, se sabe de experiencias de fuertes discusiones, altercados por quítame estas pajas, y en algunas ocasiones broncas hasta de pistola en mano, ¡al más puro estilo de la ley del viejo oeste¡
En este sentido, cabe hacer mención, siempre habrá jefes que logren conciliar adecuadamente una situación, siempre habrá personas cuyo temperamento les permita un manejo adecuado del conflicto, en comparación con otros individuos menos preparados cuya idiosincrasia los lleve a echar gasolina al fuego.
Y así, buscando en el mar de las anécdotas de nuestra historia institucional, para muchos la imagen del Dr. Carlos Torres, tipo amable a quien cariñosamente apodábamos “el profesor”, surge como icono inamovible de nuestras vivencias o quehaceres como investigadores o trabajadores.
En lo personal, tengo recuerdos agradables del “Profesor”, a quien su pésimo manejo de la agenda lo hacía cometer pequeñas situaciones que irritaban a algunos investigadores.
Recuerdo en una ocasión, pedí a nuestro personaje que me diera algunos elementos para redactar un boletín de prensa, no recuerdo exactamente el evento, pero sí recuerdo muy bien que el Dr. Torres me indicó que sería encabezado por el Ing. Antonio Toledo Corro -en ese momento Secretario de la Reforma Agraria, obviamente el elemento central del texto del boletín.
Redacté el boletín, lo hice llegar a los colegas de la prensa, y claro todos destacaron la visita de Toledo Corro.
A la mañana siguiente, como si pareciera texto de un cuento de hadas, las ocho columnas destacaron la visita del secretario al Ciano. Ese mismo día, muy temprano el Dr. Samayoa, nuestro Director, me pidió una copia del boletín de prensa, para cerciorarse de que efectivamente lo de la visita del secretario había salido del Ciano.
Tras leer el boletín, sentí al Dr. Samayoa muy molesto, él me dijo que al dar una falsa información afectábamos nuestra imagen institucional, a lo que yo sólo indiqué que la información del Dr. Torres la había canalizado como boletín, por considerarla relevante. Supongo que entre ellos habrán platicado ampliamente el asunto.
Interés por la investigación
Eliseo Ortiz, quien en junio de 1981 era un incipiente investigador en el programa de Uso y Manejo del Agua, dice:
“Tenía escasos tres meses de trabajar en el CIANO, y mi oficina estaba ubicada cerca de la oficina del jefe de campo Ing. Samuel Muñoz. Era un área nueva, improvisada como oficinas, donde no había baños y obligadamente teníamos que ir al edificio principal.
Un buen día, en ese ir y venir al edificio principal, me encontré al profesor Torres.
Me dijo: “¡maeshtro, maeshtro! ¡Necesito platicar muy urgentemente contigo! En efecto, necesitaba ver mis trabajos de campo, en especial uno de maíz, mi primer experimento. Me comentó que me esperaría en su oficina a las 5 de la tarde”.
Acepté, no había de otra, pero recordé que en esa misma tarde había un juego de béisbol, donde lanzaría Fernando Valenzuela, y ni modo me perdería parte de ese juego.
Llegado el momento ahí estaba yo puntualmente en la oficina del “Profe”. Cuando llegué, toqué la puerta y bien recuerdo que el profe, preocupado en esos momentos por poner una cinta de Lupita D`Alessio.
Cuando se percató de mi presencia, volteó a verme y un tanto asombrado, me dijo:”
¿Qué andas haciendo maesshtro? (¡se le había olvidado mi cita!) Al mismo tiempo que el cassete de la D’Alessio salía volando del portacassete de la vieja grabadora, lo cual me dio mucha risa.
No me pude carcajear por respeto a alguien que apenas conocía. Posteriormente, el profe me preguntó: ¿en qué puedo ayudarte? Por lo que respondí que él me había citado a esa hora a las 5 de la tarde.
Cuando pensaba que mi respuesta ayudaría un poco a refrescar la memoria, lacónicamente el Dr. Torres me contestó: “¡Pero a qué horas vienes maestro!, ¿no sabes que ahorita va a pichar Valenzuela y está por ganar el Cy Young?, mejor vente otro día”, sentenció.
A mi me dejó descontrolado y fui con José Luis Ávila a consolarme. El joven investigador de Forrajes, me dijo:” No te agüites, no eres el primero”.En ese momento pensaba si el Cy Young era más importante que mi experimento de maíz, con el tiempo tuve la respuesta.