Octubre 29 de 1964 en Cajeme
Hugo Vargas B.
Lunes 28 de Mayo de 2007
Dejemos a un lado los avatares de la vida actual, para liberar nuestras mentes y lograr un descanso momentáneo para nuestras atribuladas vidas, que a cada instante son abatidas por aconteceres que dañan la historia de una nación forjada sobre la explotación española, y sustentada en la liberación de la Revolución, la que fue ganada por la burguesía, presentó un panorama diferente para el crecimiento de la misma.
Retrocedamos unos 40 años y veamos a un Cajeme diferente. Sin SUBA, ni pagos fastuosos de imagen de los políticos, crisis económica, promesas de mayor crecimiento económica, etc. etc.
Situémonos el 29 de octubre de 1964 cuando Diario del Yaqui anunciaba fastuosamente en sus páginas la llegada de la “Caravana de Estrellas Mundiales”, quienes se presentarían en el cine Cajeme, lugar de moda que contaba con las máximas comodidades para este tipo de espectáculos, allí en el cruce de las calles 5 de Febrero y Allende, donde ahora existe un estacionamiento público.
A ese tipo de espectáculos se daba cita todo el pueblo, pues no había necesidad de ir a pagar 600 ó 700 pesos por ver a su artista favorito. En esa ocasión venían como estrellas principales “El Pirporro”, Irma Serrano (cuando todavía estaba hecha un “cuero”), los hermanos Carreón, con sus canciones sentimentaloides, Vitola, y para que todo mundo pudiera asistir el costo del espectáculo era de luneta 15 pesotes, luneta general, diez pesos, y en balcón (allá, casi llegando al cielo), seis pesos de los que sí valían, pero “hasta el más chico tiene su tostón”.
Qué tiempos. Mientras eso sucedía también en el Cine Cajeme se anunciaba para el 31, colosal y jocoso estreno con Viruta y Capulina con la película “Buenos días Acapulco; el Cine Pitic, cuya pantalla todavía se puede ver olvidada en un lote abandonado, pondría rojos a los persignados del pueblo, pues era una película “Solo para adultos”, anunciaba “Il Sorpasso” con Vittorio Gasman, mientras la taquilla anda por el orden de cuatro “varos” luneta .
El Cinelandia, ubicado por la Veracruz entre No Reelección y Guerrero se despojaba de sus intimidades y publicaba que Begoña Palacios y María Eugenia San Martín serían las protagonistas de “Luna de Miel para 9”.
En contraste, el Cine Máximo de Plano Oriente consagraba el clásico “El Cid” con Charlton Heston y Sophia Loren; el cine California proyectaría “La marca del coyote” con Fernando Casanova.
Finalmente, el Cine Mexicano, si no me equivoco estaba por la Allende y Nuevo León ponía en pantalla “Los Invencibles” con Kitty de Hoyos y Dacia González; aquí aparte de la película había espectáculo de aficionados antes de la función, en donde los aficionados subían a hacer sus pininos como cantantes, algunos con buena voz y otros como para asustar ratas.
Qué tiempos. Tan es así que en la columna Tragaluz se comunicaba que iniciaba la expansión en la Junta de Mejoramiento.
Renunciaban Antonino Esquer y Teodoro Peralta; el primero debido a que se fue a dialogar con Sócrates, Pericles, Platón, Temístocles y Jerjes en la bella Atenas, cuna de todas las civilizaciones; mientras que el segundo suele dialogar en Guaymas con el Cerro de La Ardilla o con las espumas marinas de Punta de Arena, tierra adoptiva del Bizco Iñigo, que cuando viene a Cajeme se da una vuelta por el Restaurante Wakakari, lugar muy de moda para los “pudientes” cajemenses, que en ese momento presentaba como espectáculo al conjunto “Los Mayas de México”.
Y para rematar con la vida de Cajeme el 31 de octubre se anunciaba la presentación de la Orquesta Sinfónica del Noroeste, que interpretaría la I Sinfonía de Schubert.
Qué tiempos. Y si bien es cierto había problemas políticos en otras partes de la República, Cajeme continuaba con su ritmo de crecimiento y siendo considerada como un granero de Mëxico. Dicen que recordar es vivir, ¿Ud. qué cree, estimado lector?