Apuntes
Hugo Vargas B.
Domingo 06 de Mayo de 2007
Fíjese, estimado lector, que México es el país de la ilusión, un sueño largamente acariciado que ha buscado lograr una justa distribución de la riqueza, pero que las consecuencias de la política económica lo ha impedido basados en postulados de primer mundo, e incrustado en algo denominado neoliberalismo.
Quizás la mejor época fue la conocida como el modelo de sustitución de importaciones (finaliza en 1970), en donde el gobierno buscaba desarrollar el sector industrial, y para ello recurrió a los apoyos a industriales que canalizaron sus capitales a la producción de bienes de consumo duradero y no duradero, y olvidaron lo más importante: los bienes de capital.
Sin embargo, esa etapa la economía mexicana creció en un promedio del 6 por ciento del Producto Interno Bruto; pero como era lógico ese despegue no podía continuar por las políticas establecidas por el nuevo gobierno de Luis Echeverría Álvarez.
El famoso “Güicho” consideró que para acelerar ese crecimiento era necesario establecer nuevas políticas y en su muy real entender canalizó las inversiones públicas hacia la creación de bienes y servicios, ocasionando un déficit en la economía del gobierno, dada las negativas inversiones que realizó.
A ello habría que agregarle su ambición y sueño de emular las hazañas de Lázaro Cárdenas, y en su mediocridad se expandió el despilfarro, el enfrentamiento abierto con los inversionistas y las expropiaciones agrarias, terminado su sexenio en un caos y trifulca en el poder.
López Portillo tuvo la oportunidad histórica de rescatar al país de la deuda externa pública, y sentar las bases para un desarrollo armónico y equilibrado, con el descubrimiento del petróleo y las reservas de éste, pero todo quedó en eso… Una oportunidad histórica.
La demagogia, corrupción y nepotismo fueron el común denominador de su sexenio, mismo que no tuvo una continuidad en el proceso de política económica, dejando en un caos al sistema en cuanto a creidibilidad y una deuda externa pública de cerca de 80,000 millones de dólares.
Miguel de la Madrid, se sacó la rifa del lobo. Recibe un sistema destruido, lo mantiene y entrega de la misma manera, ocasionando un caos en 1987, con la caída de la bolsa de valores mexicana, y su consecuente destrucción de las economías mexicanas.
Evidentemente, la continuidad era lo de menos. Nadie quería heredar los destrozos ocasionados por otros, y sus postulados creados en las campañas políticas eran más expansivas, en cuanto a demagogia se tratara.
Salinas de Gortari fundamentó el crecimiento en la globalización. Respetó los condicionamientos de los Estados Unidos, pero firmó, en contubernio de política y líderes de la iniciativa privada, el famoso Tratado de Libre Comercio.
El “Chapo” era considerado a nivel mundial como la panacea para el desarrollo de los países del tercer mundo; su sueño era ser secretario de la Organización Mundial de Comercio (antes GATT), y no le importó la economía y el pueblo mexicano. La crisis volvió a hacer acto de presencia.
Ernesto Zedillo, también se sacó la rifa del tigre, con el asesinato de Colossio. Sin tener la experiencia suficiente enfrentó la peor crisis (1995) que se ha presentado en México en su vida, pero pasará a la historia que permitió la transición política.
Llega Fox al poder y evidentemente todo lo que estaba construido no servía. Ahora era la hora de una nueva era; que si Martita, los hijos de la Martita, su incapacidad para negociar quedaron plasmados en una economía espuria de un crecimiento de aproximadamente el 2 por ciento del Producto Interno Bruto.
Los cambios se siguen dando y cada etapa inicia un nuevo proceso de desarrollo, mismo que ha repercutido en una continuidad y optimización de recursos.
El Plhino
El Plan Hidráulico del Noreste (PLHINO) es una prueba fehaciente de lo que estamos hablando. Nacido como una gran idea para traer agua de Sinaloa y Nayarit a Sonora, quedó solo en eso… Proyecto.
Evidentemente se iniciaron los trabajos pero desde hace décadas duerme el sueño de los justos, por falta de presupuesto y disposición política para invertir a largo plazo.
Ahora senadores de Nayarit, Sonora y Sinaloa retoman el tema en la Cámara Alta, para que esta inversión sea incluida en el presente sexenio, como prioritario para coadyuvar al desarrollo agrícola, que uno de sus principales problemas es la falta de agua, amén de los altos costos de los insumos y otras pequeñas cosas.
Es hora dejar el modelo de desarrollo actual a la inversión privada (una condiciónate en la firma del Tratado de Libre Comercio), y que el gobierno adquiera su fin primordial: invertir en infraestructura para el desarrollo económico.
Es evidente que Felipe Calderón tiene otros problemas mas importante heredados de Fox y su camarilla, aparte del distanciamiento de los líderes de su partido político, sin embargo, será con acciones como éstas como le cerrará la boca a más de tres sanchos panza que rondan en el ámbito político nacional.
Es hora, pues, gobernar para la mayoría no estar creando a personajes que aparezcan en la lista de Forbes entre de los hombres más ricos del mundo. ¡Ave María Purísma!