Alegorías: Dios no cumple antojos
Jesús Huerta Suárez
Miércoles 13 de Junio de 2007
Cómo quisiera poder irme a dormir en la noche y despertarme en la mañana sin preocupaciones, sabiendo que todo va a funcionar, al menos, regularmente. Pero no, tal parece que las cosas siempre han estado y que así seguirán en el mundo: patas pa riba.
Quisiera tener la inteligencia suficiente para poder entender porqué suceden las cosas como suceden. Por qué tanto odio entre los hermanos. Por qué los partidos políticos sólo desean poder y más poder, para manejar más lana y más lana y tener más poder infinitamente, sin que en realidad les importe, sinceramente, el bienestar de la gente.
Fíjate, en pleno siglo 21, la mayoría de los políticos quieren que su partido gobierne en todos los municipios, en todas las regidurías, en todas las comisarías, en los congresos de los estados y en el de la Nación.
Dios nos libre, o si no crees en Dios, que alguien nos libre de los monopolios del poder. Eso sí, en sus discursos siempre hablan de la democracia, pero en realidad, es lo que menos desean. Siempre están peleándose, gastando dinero público en lo que se les ocurra, haciendo lo que les da la gana con la gente, y claro, no pasa nada.
Cómo quisiera que la gente naciera por amor y con amor. Quisiera que anduviéramos por la vida conscientes del sentido de nuestra existencia, y no andar a tientas, por estos laberintos grises gritando qué he hecho yo para merecer esto.
Quisiera que los niños no imitaran la carrera infernal de los adultos. Que todos pudiéramos o supiéramos vivir cada etapa de nuestras vidas en su justa dimensión.
Quisiera que la belleza y el equilibrio que nos muestra la naturaleza se pudieran mantener impolutos. Que no viviéramos en este proyecto de consumismo salvaje que sólo degrada la existencia en todos sus sentidos.
Quisiera que las mentiras no vivieran en nuestro corazón. Que los cuerpos no sintieran dolor, que las almas no sintieran temor, que pudiéramos entender fácilmente la verdad que yace en nosotros. En fin, hay tantas situaciones, instantes y cosas que quisiera que sucedieran para que todo marchara bien, pero se que Dios no cumple antojos.
La nuestra habrá de ser una vida llena de sufrimiento, de confusión, de odios, de muerte, de miseria, de ignorancia y de desprecio, hasta que algún día, en este mundo sin principio y sin final, los zombis despertemos y nos demos cuenta que la vida es como una carretera de noche, y que el chiste, es saber cómo prender las luces.
Que nos demos cuenta que Dios existe, creas o no, y que lo único que le daría sentido a nuestras vidas es descubrirlo y seguirlo. Mientras todo estará patas p´arriba, como esta.
Aún como soy, pecador, no siento pudor al hablar de Dios. Será que el estudiar en escuelas católicas por más de 16 años influye en tus pensamientos.
Pero, más que eso, pienso que Dios, en realidad vive en nosotros, ¿lo podéis sentir?
¿Se vale mezclar a Dios con política? Yo, pienso que si, pero cada quien. De cualquier manera tus comentarios serán bien recibidos al correo:
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Ser humano es lo que quiero ser
Eros Ramazoti.