¿Terrorismo o Inconformidad Social? (II)
Lizette Holguín Nungaray
Miércoles 06 de Junio de 2007
En la entrega anterior se hablo sobre la Reforma de Ley por parte del Senado al Artículo 139 de la Constitución, en que consistían dichos cambios y la razón con la cual se estaban justificando.
¿Significará lo mismo terrorismo e inconformidad social?, ¿se pueden confundir los términos?. El "terrorismo" fue una creación de las élites mundiales del poder para descalificar a ciertos grupos, y no fue resultado del surgimiento de una realidad criminal evidente o de una intencionalidad comprobable de causar terror como fin principal.
Pocos días después de los atentados en Nueva York y Washington en el 2001, la agencia noticiosa Reuters explicó su rechazo a aplicar la palabra "terrorista" a individuos, organizaciones o actos, ya que la definición de quién es o no un terrorista dependía de una interpretación subjetiva. "Lo que para alguien es un terrorista, para otro es un luchador por la libertad", explicó Stephen Jukes, editor en Washington de esa agencia.
El 18 de septiembre de ese mismo año, los corresponsales estadunidenses, Jim Cason y David Brooks, se preguntaban: "¿Quién es un "terrorista?" Recordaron que 16 años antes Nelson Mandela y su Congreso Nacional Africano eran considerados terroristas por el gobierno de Estados Unidos. En cambio, los guerrilleros mujaidines de Afganistán, entre cuyas filas estaba el entonces "héroe" Osama Bin Laden y, particularmente, Ahmed Ul Haqia, al que los talibán fusilaron a finales de octubre del 2001, fueron caracterizados como "luchadores por la libertad".
En 1985 el entonces presidente Ronald Reagan invitó a la Casa Blanca a los líderes mujaidines, a quienes patrocinaba la Agencia Central de Inteligencia (CIA) para que lucharan en Afganistán contra la ocupación soviética. En ese momento el presidente Reagan elogió esa lucha como una campaña contra el "imperio del mal" y declaró que los mujaidines afganos eran "el equivalente moral de los próceres de Estados Unidos".
Pero poco después, cuando estos "próceres" dejaron de luchar contra los soviéticos, se convirtieron en el prototipo de los terroristas. ¿Por qué? Porque el término "terrorista" no explica, sólo identifica por descalificación a grupos proscritos utilitariamente.
Así Estados Unidos distorsiona selectivamente las luchas de resistencia en el mundo; así los rusos distorsionan la lucha de resistencia en Chechenia y los israelíes distorsionan la lucha de resistencia de los palestinos.
¿Sería imposible pensar que el gobierno mexicano no pretende distorsionar las luchas o resistencias surgidas por aquellos oprimidos o con algún descontento contra el poder?.
Y con esto no justifico las marchas enormes, plantones y demás acciones que provocan malestar a la mayoría de la población; sólo hago notar que la realidad para todos no necesariamente es igual, lo que percibimos es diferente según nuestra experiencia, aspiraciones, acciones y contexto, por lo que no podemos aspirar a que seamos completamente iguales.
Según Carlos Montemayor, el terrorismo no es una conducta ni patrimonio específico de un individuo o grupo social, salvo en las grandes producciones cinematográficas de Hollywood.
No existen terroristas en México, existen redes de crimen organizado a escala regional o internacional en contrabando de armas, narcotráfico, migrantes o prostitución, por mencionar algunos ejemplos, y también organizaciones de resistencia política regional, campesina o urbana que se ven obligadas a adaptarse a diferentes condiciones de lucha local, regional o incluso internacional.
El análisis de estas organizaciones armadas tendría que ser político, económico, social o incluso militar, ya que el contrabando de armas puede alcanzar en breve nichos tan sofisticados como las armas químicas y las cabezas nucleares.
Tarde y mal, pues, el Senado quiere que México acepte como algo objetivo, comprobable y unívoco el término terrorismo para reducir y cegar la comprensión de procesos sociales aquí y en el extranjero.
El "terrorismo", como el viejo delito de "disolución social", abre en el México actual las puertas a una represión con resultados imprevisibles. Una represión dirigida contra procesos sociales que nada tendrían que ver con el terrorismo, pero sí con el descontento por las determinaciones que "la autoridad" toma día con día por la presión de las élites mundiales y nacionales.
¿Modernización del estado de derecho en México? No, creo que se trata de un grave retroceso.
Hemos decidido tomar como una realidad mundial la descalificación utilitaria del imperio, explicable sólo por Hollywood y por los intereses imperiales, que invaden ya nuestras fronteras. Y esto facilitará a Estados Unidos y a España pedir a México la extradición expedita de los reos políticos que ellos cataloguen como terroristas.
¿Será está la soberanía que ejerceremos?, México no tiene opciones -al menos no se demuestra lo contrario-, no pretende decidir según sus necesidades; al parecer -y observando las acciones más recientes de nuestro gobierno- los que tienen el poder no toman las decisiones propias y necesarias, sino más bien se adaptan a las necesidades de un país vampirezco, alias nuestro vecino del norte, ¿o alguien piensa que México sigue siendo soberano de su futuro?...