Alegorías
Jesús Huerta Suárez
Viernes 22 de Junio de 2007
En el transcurso de esta semana básicamente salen de la escuela todos los niños y jóvenes cajemenses.
Por lo que he escuchado a más de un padre de familia rezongar, además de por los gastos extras que hay que pagar, por las graduaciones, que por cierto, ahora hasta de Preprimaria hacen graduación, por que tienen que salir se sus rutinas, arreglarse e ir, ya sea a las escuelas donde estudian sus hijos o a algún local de eventos, y estar de observadores, pacientemente de los actos que presente la escuela alusivos al termino de clases.
En la mayoría de los eventos que he ido, los chavales, lucen ridículos haciendo los bailables o representaciones que los adultos los ponen a hacer, ridículo que se les perdona por la edad que tienen, pero ridículo al fin.
A los papas no les importa nada más que tomarles muchas fotos a sus vástagos, no les preocupa tapar la visión de los demás, interrumpir y hacer, que los niños se desconcentren gritándoles que volteen a la cámara, convirtiendo el susodicho evento en un bodrio de dimensiones abismales.
Pero, bueno, de cualquier manera los papas, tíos, abuelos, hermanos, amigos, y hasta la niñera, en algunos casos, hacen acto de presencia en estos amontonamientos de gente, en donde todos están sudado, ahora si, que la gota gorda.
El maquillaje les correo por la cara a las mujeres. Los perjumenes, corrientes por lo general, al mezclarse con los olores del “pacuso”, más que alegrar al olfato, nos ponen en alerta por si las tripas desean devolver lo antes ingerido; así es este tipo de eventos se convierten en toda una aventura de supervivencia, pero eso si, por ningún motivo se puede faltar, pues se dice que la auto estima de los niños se podría ver afectada de una manera negativa, con sus respectivas consecuencias para la vida futura de las criaturas.
Si los padres están divorciados, no importa, tienen que asistir y darles su apoyo moral a los niños, actuando de la manera más natural para no levantar sospechas entre los demás asistentes.
Pero todo cambia; y cuando los plebes llegan a la Secundaria y a la Prepa, lo que menos desean es que sus padres hagan acto de presencia en sus actividades.
Se avergüenzan.
Aunque el Papá y la Mamá luzcan bien, jovenzazos, buena onda, de cualquier manera desearían que no fueran, pues son etapas de la vida en que lo que menos te interesa es la convivencia familiar.
Si por ti fuera, vivirías en un depa con tus amigos y amigas, solo buscando a tus progenitores o familiares para que se mochen con una lana, de ahí en fuera, nada. Pero todo cambia.
Ya en la Universidad recibes con gusto a tus familiares, no te importa abrazarlos y besarlos ante todos. Ya eres más “seguro” de ti mismo. Todo cambia.
Lo mismo pasa con los bancos, antes los bancos eran asaltados, ahora los bancos son asaltantes. Todo cambia
Y hablando de cambiar; Señor, me pregunto si me pudieras cambiar 20 noches de invierno por una noche de verano.
Por una noche como la noche de ayer en mi pueblo.
Fue sublime.
El viento sopló con olor a tierra mojada, trayéndome recuerdos de una infancia feliz, y llevando consigo el aroma de los neems, que ahora están en flor.
Los grillos dejaron de cantar por unos momentos como presagiando una madrugada húmeda.
Y por la mañana, las aves comenzaron a cantar más temprano de lo común, al parecer, también para ellas la noche fue diáfana, por qué, ¿quién dice que los animales no piensan? (sólo el que no piensa, piensa que el otro no piensa)
A la primera hora del alba la voz de una paloma lloró en mi ventana.
Quizá despedía a su amor, y, yo, yo apenas me podía levantar de mi cama.
El Parque Infantil
Sería bueno, digo, ahora que los niños andarán de vacaciones le pongan más ganas al Parque Infantil Municipal Ostimuri, está olvidado, sucio, obsoleto, descompuesto, greñudo pero aún sigue siendo un punto muy importante para la reunión familiar.
Claro, lo arriba dicho es mi opinión, para Miranda Carolina, es el mejor lugar del mundo.
Es su lugar favorito, al cual vamos al menos 5 veces al mes. (Quisiera ver como ven los niños, que incluso ven hasta Santoclos, pero uno, ya esta curado de espantos).
La neta si necesita una buena arreglada el parque.
Caemos otra vez en el círculo vicioso, “no lo arreglan porque no hay lana y no hay lana porque no lo arreglan”. Eso si, las únicas novedades que tiene, es que cada vez hay más detalles pintados de rojo.
(Ojala ya le hayan quitado las lonas, que pusieron por el invierno, a las jaulas de los animales, pues al ir en el trenecito no los puedes ver, y chale ¿no?).
La razón para vivir es para prepararse para estar muerto durante mucho tiempo
William Faulkner
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