A ras de lona
Aldo León F.
Martes 17 de Julio de 2007
1era. caída
De realizarse el antidoping en las escuelas ¿sería solo a nivel secundaria? ¿Por qué no expandirlo a nivel de bachiller? Es ahí donde se reporta el mayor número de adolescentes que consumen drogas.
Tal vez la primera opción es con el fin de prevenir, pero en ese caso ¿Por qué no desde los últimos grados de educación primaria? Digo, el caso es prevenir el consumo, total, ya se tomo la decisión. ¿El mismo rigor seria aplicado para las escuelas públicas y particulares? ¿Cómo comprobarían ello? ¿Quién los realizaría? Los padres deberían consentir que se realizara, pero ¿no cuenta la opinión del adolescente?
2da. caída
De hacerse el examen antidoping, habría un sector de la población que mostraría resistencia.
Puede haber varias razones validas como la falta de fiabilidad acerca del manejo de datos por parte del gobierno, no querer exponer a sus hijos (en caso de resultar positivos) a la critica social, o tener miedo de saber lo que es evidente.
El caso que sea, nada ayudaría mas para la aceptación de esa medida es que sus promotores (gobierno, asociación de padres de familia, AFI) sean los primeros en realizar el examen, así como los maestros y los hijos de estos, nada inspira tanto valor como el ejemplo.
3era. caída
¿Que tal si en lugar de hacerlo obligatorio se dan facilidades para los padres que lo requieran, puedan realizarlo a sus hijos?
De esa manera se quitaría mucha polémica (que esta e incrementara) con respecto a la violación de los derechos y a ver la realidad tal cual es.
Pero el punto medular es que sucederá después del examen, pues de nada sirve saber algo si provoca una reacción.
Debe se explicado claramente le mecanismo a seguir, así como las consecuencias que tendría para el alumno no hacerlo.
¿Habría clínicas o programa de rehabilitación gratuitos? De esa ultima pregunta parte el objetivo de la propuesta del antidoping ¿Quién gana con la realización de la misma?