A ras de lona
Aldo León
Miércoles 08 de Agosto de 2007
1ra. Caída
Robert Louis Stevenson, creador de Dr. Jekyll y Mr. Hyde, solía decir que la memoria es magnífica para olvidar.
En buena parte el ser humano esta diseñado para ello. Algunos científicos afirman que la memoria humana, a diferencia de la memoria de los animales que actúa principalmente sobre la base de sus necesidades presentes, puede contemplar el pasado y planear el futuro.
Si partimos de esa base, los mexicanos somos bastante animales pues olvidamos con demasiada felicidad, que diga, facilidad.
2da. Caída
Me gustaría recordar algunos hechos que han sucedió y que no han sido probados ni reprobados; donde los culpables, siguen tan tranquilos…
1. La Masacre de Aguas Blancas (Guerrero) sucedida en junio de 1995 en la que participaron elementos policíacos.
2. La matanza de Acteal (Chiapas) en diciembre de 1997 a manos de grupos paramilitares.
3. El caso del “gober precioso” (y su presuntos nexos con abuso de menores y uso indebido de poder).
4. Lo de Hildebrando Zavala (Cuñado de FECAL) por enriquecimiento a expensas de contratos otorgados por el gobierno así como evasión fiscal.
5. Nicolás Mollinedo Bastar, Nico (chofer AMLO) y un salario (63,000) que sobrepasa los que gana un investigador con grado de doctorado en la UNAM.
6. Lo del fraude electrónico y la manipulación de datos por parte del IFE en las pasadas elecciones presidenciales.
7. El incremento en la violencia intrafamiliar.
8. El operativo de San Salvador Atenco (Edo. de México) y la violación y tortura de decenas de mujeres.
Entre otros.
¿Le suena al lector algo de lo anterior? Si aun lo recuerda ¿Qué hace con ello?
3ra. Caída
Tal vez no hayamos olvidado lo anterior, pero si no es así, rayan en el cinismo e incongruencia nuestra actitud.
Como no hacerlo, si ni a la gente que elegimos para representarnos no le importa. Prefieren pelearse entre ellos para terminar cenando en la misma mesa y no solo eso, pidiendo lo mismo de comer (salario).
Si no se puede contar con gente así ¿cómo? Una buena solución sería no seguirles el juego de sus “peleas” y tener el valor de vernos las cicatrices que hay en nuestra historia. Nosotros recordamos, naturalmente, lo que nos interesa y porque nos interesa, solía decir el gran pedagogo John Dewey.
La realidad que vivimos es en gran parte producto de nuestra memoria y recuerdos así que ¿Qué pasaría si no olvidáramos la palabra justicia ni la posibilidad de lo improbable? Apuesto por el resultado del cuestionamiento anterior.