Los Símbolos Patrios

El pasado 24 de febrero, celebramos un evento más que conmemora el Día de la Bandera.
Este pendón libertario que todavía une a la patria, es el recuerdo indeleble de las luchas que formaron nuestro hogar social.
Esta Patria que se desgaja moralmente por las diferentes problemáticas sociales que los gobiernos no atinan a resolver y casi siempre voltean acusadores y justificantes al pasado, los hace olvidar-ya enmendada la culpa- el presente y su responsabilidad histórica como lideres surgidos del voto popular de la exigua democracia que nos consume( por no decir aniquila).

El día de la bandera es solo un acto protocolario del calendario cívico, que no obliga a nuestros gobernantes, ni por cortesía o promoción, siquiera asistir a las ceremonias oficiales -siempre hay representantes que justifican ausencias, de ahí lo importante de nuestro espíritu cívico-.
Nuestros hijos, niños y jóvenes asisten obligados a las ceremonias, más para hacer bola o agarrar cura, que para interesarse en el ceremonial, los únicos que podría señalar sienten la admiración sincera por nuestro lábaro patrio y nuestros héroes son nuestros párvulos infantes.

A éstos aún no contagia el desengaño de la mayoría de los profesores y maestros, a los cuales la materia cívica les importa lo mismo que la reelección de la Gordillo o la materia de biología y algunas otras, aunque no tengan la misma importancia formativa, también la docencia es un acto protocolario de supervivencia.
Me gustaría tener la seguridad de no poder generalizar, aunque existen garbanzos de a libra, lo admito.
Y no exceptúo a los colegios particulares los cuales en su mayoría otorgan más importancia a la materia religiosa que a la cívica.

Y qué decir del anti cívico ejemplo familiar que no motiva ni promociona, siquiera los obligados homenajes escolares y la pregunta infantil de quien fue Don José Miguel Ramón Adaucto Fernández y Félix (se los dejo de tarea) se trasladará lo paterno a lo materno y terminará con un “No estés molestando”, de ahí al olvido , y el niño no volverá a preguntar.

Han surgido campañas anti cívicas donde se motiva el no respeto hacía nuestro lábaro patrio, nuestro himno nacional, nuestros héroes inclusive donde se supone deben ser promovidos,( secretaria de educación: materia de civismo en libros escolares.
El señor Fox quitando la foto del Presidente Juárez) tildando de prácticas anacrónicas los relacionado a las actividades en la materia, claro a la hora de la foto, sobran sonrientes rostros empapados de patriotismo republicano, dispuestos al sacrificio en las próximas elecciones gubernamentales de los tres niveles, y para eso sí, necesitan el antifaz del civismo popular.
Una prueba fehaciente de nuestra indolencia cívica es que difícilmente recordaremos la segunda estrofa de nuestro glorioso himno nacional, sí, esa que dice “ Patria, Patria tus hijos te juran…”¿ O no?

Así es que no nos quejemos de la actuación del tal Julio Preciado y su exabrupto cívico al cambiar una palabra y darle a la marcialidad rítmica del himno un tiempo entre reaggaton sinaloense y pasito duranguense, ahora sabemos por qué sus éxitos (los pocos que tiene), son en Estados Unidos, allá si saben arreglar lo que se tenga que desarreglar.y claro esto incluye el ridículo del Coke Muñiz en la misma nominación del Grammy anticívico, lo cual se declara empate técnico y adjudicación directa en la memoria histórica y en la conciencia ciudadana de estos preclaros personajes de la farándula nacional.

La picota se extiende más allá, no solo a la falta de un programa cívico aplicado en nuestras escuelas, a la integración de nuestros mentores quienes forjan la república, sino también de los padres de familia tan alejados de estas prácticas ejemplares que forjan el carácter ciudadano de los jóvenes del mañana.
Detrás de la pérdida de los valores cívicos, no lo olvidemos, está la pérdida de los valores morales. ¿Le suena a nota periodística? ¿A sonar de metralla?¿A sangre, sudor y lágrimas?

Por lo anterior se dará cuenta que no soy del pequeño núcleo de anti mexicanos que desearían escuchar nuestro himno nacional cantado a ritmo de reggaetón y ver nuestra bandera y sus colores en trajes de baño, tangas y condones.
Soy de los que piensan que la república, con su himno, bandera y legado histórico debe permanecer incólumes en su práctica y protocolo, en la formación y permanencia de la conciencia cívica nacional.

Recordando unas frases que le escribí a uno de mis hijos con motivos de la celebración del pendón republicano:
“Bandera qué hermosa tu eres, ondeando entre los aires libertarios de la república, legado de nuestros héroes, quienes con sangre esculpieron tus colores, permite que te rinda homenaje postrándome de hinojos y besando la tierra que es morena por la sangre derramada, permite que te envuelva en mis cantos primeros, donde canta el corazón, como madre que eres de mi madre, bella en los aires y en mi pensamiento estrella y por siempre lucero de mi patria mi bandera. Bandera de México, qué hermosa tu eres”.

Solo para recordar:
“Patria, Patria tus hijos te juran, exhalar en tus aras su aliento, si el clarín con su bélico acento, nos convoca a lidiar con valor, para ti las guirnaldas de olivo, un recuerdo para ellos de gloria, un laurel para ti de victoria, un sepulcro para ellos de honor”.

Tal vez a usted no le importe esto, pero si esto no le importa ¿Qué le importa?

Es Cuanto.