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Desde hace tiempo quería abordar el tema, y después de que varios amigos me lo sugirieron, decidí tomarlo, para lo que me indagué algo sobre su origen y además fui a dar varias vueltas por la ciudad en la que decidí pasar el resto de mi vida: Ciudad Obregón; esto lo decidí desde 1982, por lo que ya la siento como si fuera MI CIUDAD.
Aun cuando sus orígenes datan del siglo XIX en las villas de Cócori (así sin t de acuerdo con mi historiador al que más le creo), Cumuripa y Buenavista, el municipio de Cajeme fue establecido el 29 de noviembre de 1927, al obtener la autonomía municipal de la legislatura local.
Sus primeros pobladores se establecieron en el añorado Plano Oriente (ahora Colonia Benito Juárez, pero que nunca perderá su verdadero nombre).
El primer ayuntamiento se estableció el 1 de enero de 1928 siendo su cabecera municipal el poblado de Cajeme, posteriormente, el 28 de julio de 1928 se le cambió el nombre al actual de Ciudad Obregón.
José María Leyva, conocido como Cajeme, así como Juan Maldonado, conocido como Tetabiate, defendieron a su territorio, sin poder ver culminados sus esfuerzos, dieron pie al reconocimiento de los derechos de su pueblo por el presidente Lázaro Cárdenas.
Álvaro Obregón Salido, llegó a ser Presidente de la República e inició una época de bonanza para el Valle del Yaqui al iniciar la modernización de la infraestructura hidráulica y los sistemas de cultivo, convirtiendo a la región en una de las principales fuentes de productos agrícolas de México.
Un buen número de mexicanos ilustres, muchos de ellos llegados de diversas partes del país, le dieron a Ciudad Obregón la fisonomía de una ciudad moderna, bien trazada (por lo menos en cuanto a su cuadrícula, pero no así a su orientación geográfica) lo que ha hecho destacar a Ciudad Obregón tanto en el Noroeste de la República como en todo el país.
Pero, ¿A qué viene todo esto, si mi campo no es el de historiador?, a que después de darme las vueltas mencionadas por la ciudad, me di cuenta de que nuestra muy bonita ciudad ….. la hemos convertido en una ciudad fea.
No nos ofendamos, quienes con razón queremos a este bendito suelo de nuestro país, pero la verdad es que, a mi criterio, hemos echado a perder en gran parte el esfuerzo de varias generaciones por tener una bonita ciudad. Me trataré de explicar comentando los siguientes aspectos:
Sus calles amplias y vialidades: Trazadas con una visión adelantada para su época, han sido el orgullo de muchos de nosotros al comentar sobre nuestra ciudad; desgraciadamente en la actualidad ya han perdido mucha de su funcionalidad, pues las reglas para su utilización no se han adecuado a las necesidades actuales. Es de todos conocido el problema del tránsito vehicular, sobre todo en las horas de entrada y salida de las escuelas en diversos puntos de la ciudad, problema generado tanto por la falta de reglas adecuadas a la situación actual de la cantidad de automóviles, como por la casi nula educación vial de los conductores en general, así como de los peatones, que no respetan las reglas básicas en este aspecto.
La limpieza de la ciudad: Es una tristeza ver cómo la ciudad, de la cual nos vanagloriábamos como una de las más limpias del noroeste y del país, ahora luce sucia en gran parte de su territorio. Bolsas de basura permanecen a lo largo del día en las banquetas de prácticamente toda la ciudad, esperando a que las recojan, y en cuanto las recogen los servicios de limpia, como por arte de magia (pero negra) vuelven a aparecer nuevas bolsas a suplir las anteriores. Esto es generado por la falta de eficiencia y planeación de los servicios de recolección de basura y, otra vez, por la falta de educación ambiental de la ciudadanía en general, la cual se quita el “problema de tener la basura en su casa” y la saca a cualquier hora del día a la calle, sin importar si el camión recolector acaba de pasar, o pasará hasta uno o dos días después; mientras tanto la ciudad se ve sucia, y está sucia.
Sus banquetas amplias y arboladas: En gran parte de la ciudad se cuenta con banquetas amplias, las cuales invitan a caminar o a sacar las sillas y las mecedoras para refrescarnos bajo la sombra de algún árbol en tiempo de calor, sobre todo al atardecer; sin embargo, la mayor parte de las banquetas son trampas peligrosísimas para los tobillos de los peatones, pues están rotas o desniveladas, hechas algunas sin ton ni son, y sin respetar los niveles de las banquetas vecinas. Cada dueño de casa hace su banqueta sin considerar las de los vecinos, lo que provoca el tener que caminar por ellas sorteando obstáculos continuos.
Los anuncios en las zonas comerciales (y otras zonas no tan comerciales): Es una verdadera vergüenza tanto para las autoridades como para los comerciantes, otra vez en general, y las autoridades, la forma tan grotesca en que han “decorado” y permitido decorar a nuestra ciudad con anuncios, lonas, pinturas, etc. Baste pararse en cualquier esquina de la ciudad viendo hacia adonde inician zonas con comercios y se darán cuenta de lo que digo, aunque creo que todos nos hemos dado cuenta, pero lo hemos aceptado tácitamente. Por ejemplo, si algún día tienen oportunidad, párense en la esquina de la Miguel Alemán y Yaqui viendo hacia el sur; no es necesario describirles lo que verán, solamente los invito a que lo hagan. Yo en lo personal sentí tristeza de ver qué fea se ve esta avenida que podría ser una de las avenidas más bonitas del país. Otras esquinas para ponerse a casi llorar son las de la Miguel Alemán y cualquiera de la calles, yendo de norte a sur, desde la Guerrero hasta la Zacatecas viendo hacia el poniente.
Así le podríamos seguir por prácticamente toda la ciudad, pero como ya me estoy poniendo demasiado triste recordando lo fea que se ve nuestra bonita ciudad, mejor aquí le paro, pues no es mi estilo ser una persona pesimista y mucho menos triste, por lo que me iré a dar otras vueltas por la ciudad para buscar las cosas bonitas que hacen de nuestra ciudad una ciudad bonita.
