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Por Jorge A. Lizárraga Rocha
Otro día de turismo en la Ciudad de México, y no pudimos haber escogido un mejor sitio que Chapultepec para pasar todo el día, mejor dicho las horas en las que le puedes sacar la vuelta al tránsito vehicular sin volverte loco de ver tantos carros por todos lados, esto es de las 10 a las 16 hs. Antes y después de esas horas, andar en el calle es una locura total, eso de andar es sentido figurado pues en realidad, si andas en carro, te la pasas estacionado en las calles y avenidas del sufrido DF.
Pero en fin, la idea es compartir con ustedes el placer de haber estado en el bosque de Chapultepec, visitando los dos mejores museos del mundo (por lo menos del que yo conozco): el de Museo Nacional de Antropología y el Museo Nacional de Historia ubicado en el Castillo de Chapultepec.
En el de Antropología, se hace el mejor recorrido posible en un solo lugar para conocer nuestras culturas indígenas, su riqueza, diversidad, gloria antigua y actual; en un entorno magistralmente manejado, puedes visitar sitios que desgraciadamente pocos, si es que alguien, tendrán la oportunidad de visitar en la vasta geografía de México.
En el del Castillo de Chapultepec, podemos ver los pasos que se dieron desde la conquista española hasta el momento actual. Es de maravillar lo que tuvieron que hacer los conquistadores para lograr la conquista, incompleta, pues muchas culturas no se doblegaron; posteriormente cómo los criollos decidieron independizarse y todos los avatares que tuvieron que pasar para lograr su meta, incompleta pues muchos connacionales no se sumaron al movimiento y siguieron añorando y luchando porque la independencia total no se lograra; tantito después, la pérdida, o mejor dicho entrega, de gran parte del territorio nacional a los norteamericanos, incompleta pues aunque se perdió terreno físico, nuestra cultura siguió permaneciendo en esos lugares, o los reconquistamos algunas décadas después.
Luego llegó la invasión que hicieron los europeos para cobrarse a la mala el hecho de que México no les podía pagar la deuda externa y nos mandaron un imperio que no duró mucho, pues éste fue detenido por la oportuna intervención de Juárez y sus correligionarios, que evitaron el establecimiento del imperio, pero de una manera incompleta pues algunos de sus correligionarios (de Juárez) posteriormente impusieron otro tipo de imperio nacional; este imperio nacional fue derrotado por los revolucionarios, quienes lucharon porque la tierra sea de quien la trabaja, el que el pueblo pueda decidir libremente quienes sean sus gobernantes y otros sueños que también quedaron incompletos por lo que ya todos sabemos.
En fin, independientemente de los resultados de cada uno de los movimientos que le han dado formar a nuestra Patria actual, el recorrido que se hace en estos dos museos debería ser obligatorio para todo estudiante mexicano.
Me dio mucho gusto ver los grupos interminables de niños de muchísimas escuelas (algunos muy enfadosos como son los niños), pero que tuvieron oportunidad de hacerlo. Ojalá y hubiera la forma de que niños de todos los estados de la República pudieran en un momento dado visitar estos dos museos, creo que un día en cada uno de ellos sería el mejor curso de historia que pudieran recibir.
Ya saliendo del Bosque de Chapultepec a la realidad del DF, al ver los encabezados de los periódicos te das cuenta de que muchos aspectos de nuestra historia ojalá y los pudiéramos reescribir, ojalá y pudiéramos hacer que nuestros dirigentes actuales leyeran y estudiaran historia para evitar que sigan cometiendo los mismos errores, ahora magnificados, que cometieron los anteriores; magnificar los aciertos que tuvieron los de antes, y quitarnos ya de seguir viéndonos como enemigos solamente porque nuestra credencial afiliatoria a algún grupo tiene color diferente a los de otros grupos.
Ojalá y en Sonora también aprendiéramos de la historia, y nos pudiéramos poner de acuerdo para establecer las estrategias que sirvan para hacer de nuestro estado (mi estado adoptivo, aclaro) un lugar con igualdad de acceso para todos a los recursos, principalmente al agua. Que quienes la intentan administrar lo hagan considerando todos los factores que su manejo implica:
ambientales, sociales, económicos, de sustentabilidad, etc. y no escatimen sus esfuerzos para que quienes quieran opinar con bases lo hagan e incorporar sus ideas, que deben haber algunas buenas; que quienes quieran opinar al respecto, lo hagan con bases y no nada más visceralmente por no ser una propuesta del grupo al que pertenecen; que la ciudadanía en general seamos mejor informados por los involucrados sobre lo que en realidad consiste el proyecto integral y no en cápsulas incompletas que a veces da la impresión que esconden información.
En fin, ojalá y todos hicieran una visita al Bosque de Chapultepec y se maravillaran de la riqueza de nuestra historia para poder revivir sus momentos gloriosos y evitar los desastrosos.
