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Víctor Manuel Zárate Urbina
La curiosidad en el periodista nunca muere. En activo o de plano en el inútil sosiego busca la noticia aunque sea solo por el interés de estar al tanto de lo que ocurre. No se puede estar, definitivamente, en el retiro. Lo que sucede es que no siempre hay espacios donde dar rienda suelta a las “ansias de novillero” que en la tercera y cuarta edad se tornan más difíciles.
Leyendo la prensa de todo el país o gran parte de el, al comienzo del día me voy a Sonora pues conservo parte de mi corazoncito por aquellos rumbos. De esa manera me he enterado en las páginas de Tribuna de la lucha desigual que se viene dando para llevar agua de Cajeme a Hermosillo.
Digo desigual porque según leo y me informan, son solo las autoridades, que aprovechan medios y lana del erario que es de todos, para llevar adelante una campaña a fin de motivar a unos y convencer a otros de lo que es solo un capricho de dos que tres capitalinos o avecinados allá. El agua es de todos, es cierto, pero en tiempo de escasez no se vale que el vecino sediento, que no supo o no le dio la gana ahorrar agua, busque aprovecharse de quien si previó las necesidades del momento y del futuro para proveerse del preciado líquido.
La principal falacia tomada como argumento para convencer, es decir que se realizan pláticas con productores agrícolas y autoridades de Sinaloa en busca de revivir el PLHINO, aquella vieja historia que pretendía traer agua de donde la hubiese en abundancia hasta Sonora.
En aquel entonces las voces de los agricultores sinaloenses, en especial los de la zona centro del estado, alzaron su voz y en diferentes tonos rechazaron la propuesta. No se había invertido tiempo, esfuerzo y dinero para ahorrar y que la cigarra que se había pasado cantando, al llegar el invierno buscaba proveerse del vecino.
No tardaron mucho en comprobar que la abundancia de agua no era eterna y que la construcción de presas salvaría por lo menos en parte la actividad agrícola. Hasta la fecha buen número de hectáreas de cultivo están abandonadas. El agua no les alcanza.
Como mero breviario cultural vea usted, amable lector lo que la CONAGUA ha señalado en su Informe: “En Sinaloa, en conjunto los embalses hidráulicos en operación en el estado almacenan 9 mil 287 millones que representan el 60.3 % de su capacidad a nivel de conservación y un déficit de 859 millones en comparación con el año pasado”.
Ante este panorama hidráulico que amenaza con dejar más tierras sin producir encuentra usted alguna posibilidad de sacar agua de Sinaloa para llevarla a Sonora.
No podemos menos que repetir lo ya dicho anteriormente por los sinaloenses: “¡tengan su agua !”.
