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INDEPENDIENTEMENTE de quien reunió a más gente y de quien gritó más en las sucesivas marchas del viernes y sábado anterior, en lo que ya es la guerra por el agua en el sur del estado, salta a la luz pública una verdad del tamaño de la Presa del Novillo.
Más allá de los discursos de Alberto Vizcarra, don Jaime Miranda Peláez, Plutarco Pérez Aguirre E Calles y los mil y un desplegados con los que se pudiera llenar tres veces el Oviachic, el gobierno de Padrés tendrá que reflexionar en relación a la kilométrica verdad de que te hablo, líneas arriba, lector. Y la verdad no es otra que la siguiente: Si Padrés se encapricha y el gobierno federal que encabeza Calderón le sigue el juego para poner en marcha el acueducto El Novillo- Hermosillo, ambos, Calderón y Padrés, estarían pasando por alto el consenso que reinó en la marcha, protesta del viernes; ese NO al novillo que corearon a grito abierto esas miles y miles de gargantas, calculados por algunos en poco más de diez mil, los más conservadores en seis mil y las orejas oficiales en “ apenas”, poco más de tres mil personas.
Yo no sé, de cierto, cuantas serían, pero lo que si puedo asegurar es que ese escenario que estaba ahí frente a Palacio Municipal es el mismo escenario que le hubiera gustado tener al propio Padrés en su cierre de campaña como candidato a gobernador. Y no es de cifras, precisamente que estamos hablando sino el gran espíritu de lucha, de concordancia y convencimiento que se dejó sentir y contra el que no pudieron ni los Cadetes de Linares ( los de mentiritas, por cierto, porque a juicio del respetable no hay más Cadetes que los de don Lupe Tijerina ) ni la lana que se distribuyó al final de la marcha del sábado, un día después de recibido el ramalazo que les propinó, no sé si la labor de convencimiento de los líderes del No al Novillo o sencillamente el hecho de que la gente haya tomado la calles convencida de que el NO al Novillo es lo que mejor conviene a Cajeme.
Ese No, repito, que recorrió las calles de Cajeme y con el que los manifestantes del viernes sellaron y blindaron su postura ante el gobierno del estado en un rotundo no que difícilmente podría ser soslayado y que le permite a Padrés darse cuenta que aun está a tiempo de escuchar a los habitantes del sur y en lo contraproducente que resultaría el llevar la guerra a otros planos, a otros terrenos.
Por desgracia, la historia enseña que al gobernante entre más le digas que no, entre más le restriega el pueblo la verdad, más se monta en su macho. De hecho, al único gobernante que en los últimos años me ha tocado ver dar una honrosa reculada a tiempo es al de las botas, Vicente Fox – panista para más señas--con quien de paso comprobamos, los mexicanos, todos, que no hay loco que coma lumbre; y así lo hizo cuando le dijo siempre no a la construcción del nuevo aeropuerto de la ciudad de México en el municipio de Atenco, reculada a la que recurrió Fox solo en los momentos en que vio por lo alto los afilados machetes de los enfurecidos campesinos, que al grito de guerra le pidieron abortar el proyecto, “ solicitud” a la que Fox accedió de la forma más comedida y yéndose de inmediato con su música a otra parte. Y que conste que aquí ya estaban los estudios técnicos, esos mismos que ahora espera Padrés para decidir en relación al proyecto que ahora no solo nos tiene divididos sino enfrentados, como sociedad, en una lucha en la que, por cierto, no se da el caso de que se hayan enfrentado pobres contra ricos porque de haber ocurrido así, sencillamente hubieran resultado insuficientes las calles de Cajeme para dar lugar al contingente que le dijo si al proyecto de Padrés.
Y este no fue el caso. De las cosas reprobables que no es posible que se sigan dando en esta serie de marchas ( toda vez que tengan que darse más, como tal son los propósitos de ambos bandos, según se ha dicho ) habría que destacar dos; el que se obligue a burócratas, funcionarios y hasta aviadores, de segundo y hasta primer nivel, en el caso de los funcionarios, a que acudan a los actos en apoyo al proyecto padrecista y que por respeto a su profesión y dignidad no te digo ahora sus nombres. De veras que no se vale que sean utilizados cual peones de utilería porque ni siquiera participan en calidad de oradores, sino cual simples comparsas, del montón. Por ahí vimos académicos, abogados, médicos, agrónomos y maestros. Y no es que hayan acudido en auxilio del proyecto en si aportando algo de su talento o experiencia en el ramo, la verdad es que fueron obligados a hacer bola. Tampoco se valen actos que, en un descuido, podrían rebasar los límites de la confrontación y la provocación verbal como ocurrió con el plantón que se hizo en frente de las instalaciones de la Asociación de Organismos Agrícolas del Sur de Sonora, la AOASS, por parte de quienes están a favor del Sonora, Sí. Cuidado. Están jugando con fuego.
FIERRITOS EN LA LUMBRE
El mejor ejemplo de que no están saliendo bien las cosas por rumbos de Seguridad Pública nos lo acaba de dar la salida del jefe de tránsito en Cajeme, Isaac Apodaca Lauterio con cuya renuncia cero y van tres los cambios de mandos medios en menos de seis meses que lleva de instalada la administración lo que confirma la sospecha del hombre de la calle; Víctor Landeros sigue sin dar una en ese importante puesto que le confió el alcalde Manolo Barro. El desfile de renuncias se inició con José Luis Villanueva quien dejó el cargo de director operativo a raíz de la insubordinada de los tres agentes policiacos que hasta la fecha siguen sosteniendo su lucha en contra de la corrupción que, dicen, ha encontrado su principal promotor en la persona del doctor Chapatín de apellido Landeros.
Le siguió luego el llamado Puma que nunca aprendió a rugir, Guadalupe Zamora, el capitán chisguete, como lo bautizó la tropa que nada calla y, ahora, finalmente, Apodaca Lauterio a quien lo substituye en el cargo, el comandante, José Ramírez Fuentes, quien lleva como segundo de abordo a Heberto Ramírez Cárdenas, en su calidad de subjefe de tránsito.
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