LO COMENTAMOS AQUÍ hace cosa de quince días atrás y por lo visto, a nadie pareció importarle la tragedia por la que atravesó la familia de un paisano que al regresar de sus vacaciones por Mazatlán, fue vejado y despojado del auto en que viajaban. Y tan no se le puso atención que ahora la modalidad es que los salteadores de caminos se están apoderando de las carreteras como quedó de manifiesto en los dos casos ocurridos en el tramo Estación Don - Guaymas donde en uno de ellos, el segundo, para ser exactos, se tuvo que lamentar la muerte de tres cajemenses, ligados, todos, con el ex sistema de transporte Suba.
Se trata de los directivos transportistas, Alejandro Méndez, Humberto Aispuro y Javier Meza. En el atentado resultó ileso el presidente del desaparecido Suba, Armando Contreras quien milagrosamente escapó de sus atacantes, según narró horas después ante las autoridades.
Horas antes, un camión de Tufesa había sido atacado también resultando herido el conductor del mismo, en un intento de asalto que al parecer no llegó a concretarse. Un hecho más de sangre marca el inicio de marzo que, dios guarde, presagia feos nubarrones. Este tuvo lugar la madrugada del martes pasado cuando miembros del ejército que patrullaban las calles de la colonia Libertad se enfrentaron a tiros con un grupo de supuestos sicarios, muriendo uno de estos en el lugar de los hechos.
Se rompe así el pequeño impase del que habíamos venido gozando luego de que el cierre de año fue de pesadilla para la mayoría de los cajemenses tras lamentarse la pérdida de gente inocente que nada tenía que ver con las actividades delictivas. Cual dirían las sesudas investigaciones de los sabuesos de las procuradurías estatal y federal; estaban en la hora y el lugar equivocado. Pero y qué decir en el caso de la pobre socorrista de la cruz roja de Culiacán, Genoveva Rogers Lozoya, quien estando prestando sus servicios a la comunidad, murió a manos de un comando armado que intempestivamente entró a las instalaciones de la benemérita institución en persecución de un sujeto a quien intentaban rematar?. El tipo se parapetó a espaldas de la pobre muchacha de apenas 20 años de edad y los sicarios, sin medir consecuencia alguna dispararon a discreción matando casi en forma instantánea a la joven socorrista.
MOMENTO! En los instantes que damos curso a los presentes apuntes nos llama desde Tijuana, Baja California, el señor Juan Gómez Salcido, paisano del que hablamos líneas arriba para decirnos que no termina aun su vía crucis que comenzó precisamente en tierras sonorenses luego de haber sido asaltado por tres sujetos que vestían uniformes de la AFI.
Nos narra vía telefónica que su calvario continúa en razón de que no pudo ingresar a los Estados Unidos donde reside desde hace muchos años debido a que los sujetos ( dos hombres y una mujer ) se llevaron todas sus pertenencias, incluyendo, por supuesto, sus visas. Para fortuna de los Gómez, los delincuentes fueron detenidos al tratar de ingresar al vecino país llevando consigo un cargamento de droga, sin embargo, eso no le ha servido de mucho ya que los gringos se niegan a devolverle sus documentos, por más que pudo comprobarles, mediante recortes de periódicos los lamentables hechos en se vio envuelto hace cosa de quince días.
Y no concluye su pena, dice, debido a que las autoridades de Tijuana lo han ignorado y a ninguno de los funcionarios municipales ni del estado parece importarle su desgracia. De hecho, refiere que Moroni, su hijo menor que padece de parálisis infantil estuvo a punto de morir por la falta de atención médica que no ha podido recibir a tiempo. El señor Gómez dice estar muy agradecido por la gente y las autoridades de Cajeme en donde encontró ayuda para proseguir su camino, pero en Tijuana se ha encontrado con un duro muro. Ha acudido a las instancias municipales con resultados negativos. Se halla en el desamparo y sin trabajo al no poder ingresar al país en donde tiene su residencia. Para quienes pudieran interesarse con su pena, el señor Gómez me ha dejado su teléfono, para quien quiera brindarle su ayuda.
Olvidado por la autoridad municipal de Tijuana, vive, más bien, se refugia en viejos edificios contiguo a la frontera en donde sobrevive de milagro. Ojalá que alguna autoridad u organismo como la Comisión Estatal de Derechos Humanos y su titular, aquí en Sonora, Raúl Arturo Ramírez, pudieran tomar como suyo el caso.
Por enésima ocasión, ayer corrió fuerte el rumor de que será en corto tiempo cuando el fiscal estatal Abel Murrieta entregue los bártulos de la dependencia a su cargo.
¿Relevos posibles? Los mismos que se han venido manejando de tiempo atrás.
Sugerencias y comentarios; premiereditores@hotmail.com o al celular, 6449 972972.