Palabra de Clouthier: “Si no fuera porque son muy brutos, diría que quieren darle en la madre al PAN”
El jueves 23 de abril del 2010 se presentó en Cajeme el libro “Palabra de Clouthier”, que en tres tomos recoge los escritos de Manuel J. Clouthier del Rincón publicados en el periódico El Universal, en los 84 meses que median entre noviembre de 1982 y octubre de 1988. El último editorial de Clouthier fue póstumo, pues se publicó el 2 de octubre de 1998, un día después del trágico accidente que le cortó la existencia.
Las palabras preliminares y preámbulos corrieron a cargo de Alma Vucovich, quien cumplió su encargo con elegancia y oficio. Sobrada, enterada de contenidos y de la trayectoria de los protagonistas, redondeó con anécdotas los antecedentes y currículos de los relatores Adalberto Rosas, José Antonio Gándara, Jaime Ramírez y el anfitrión Manuel Clouthier, hijo.
El momento de expectación lo dio Manuel cuando leía las palabras finales de la editorial titulada “El Compromiso”, que el 22 de diciembre de 1982 le dedicó su padre Manuel J. Clouthier, el día de su graduación. Justo ahí la emoción lo desarmó, temblequearon las cuerdas vocales, dejó la lectura, con mano titubeante asió la jarra para servirse agua y sacudirse las turbaciones. Vino entonces el atronador aplauso como responso salvador. Que en los homenajes prorrumpan las emociones y desgarren gargantas, así sea de hombres curtidos en todos los públicos como es el caso Manuel, no sorprende; bueno, no sorprende tanto como que el rescate de un panista lo encabece un priista a fuerza de aplausos.
¿Fin de las ideologías?, ¿deshilachamiento de los intereses partidarios? ¿chaquetazo de los panistas al diputado rebelde que enjuició el programa estrella del Sr. Calderón?¿la ausencia de liderazgo priista en Sonora y Cajeme? ¿acuerpamiento de la Alianza El Novillo No, en torno a Adalberto? ¿El legado de Manuel J. Clouthier trasciende las fronteras de los partidos?
Tal vez sea por lo último muchos consideran que el Maquío no es patrimonio del PAN sino de México. Lo que sea, el caso es que en el acto que encabezaban cinco panistas, en el quórum sobresalían dos a uno los conspicuos militantes priistas. Por eso fue que a nadie extrañó que un priista “jalara” los aplausos del público y diera respiros a Manuel Clouthier, al que se le entreveraba la voz con chisguetes emotivos que conmovieron hasta el más escéptico de los presentes.
Adalberto Rosas López, es una suerte de caballero andante de mil batallas que pasa entre la metralla sin ser tocado; es un punto de fuga indemne a adjetivos y juicios de valor. Adalberto recordó que Maquío era mitad sinaloense y mitad sonorense, porque su madre nació en Magdalena.
Dijo que Manuel J. Clouthier fue un hombre permanentemente en lucha y trajo de su pensamiento ideas a las que atribuyó inevitable vigencia, incluso ejemplificó con ellas. En el momento final de su intervención, Adalberto aprovechó las entresacaduras del libro “Palabra de Clouthier”, para recordarle filosamente a la CONAGUA que el agua es insumo y no una mercancía. La intervención de Adalberto, riquísima en conceptos y pronunciamientos, da por sí misma el material para otra reseña que prometemos a nuestros lectores de InfoCajeme y Dossier Político.
José Antonio Gándara Terrazas, afirmó que el libro lo forman ensayos, ordenados cronológicamente en tres tomos, que corresponden cada uno a las etapas sucesivas del Manuel J. Clouthier como empresario, candidato y ciudadano; dijo que son escritos que rescatan para los mexicanos los grandes problemas políticos, económicos y sociales, desde la visión de un hombre extraordinario, de un mexicano de excepción. Animado, recordó el acompañamiento cercano que tuvo al lado de su amigo Maquío, vivencias de los azarosos días que precedieron y siguieron a la famosa “caída del sistema” en las elecciones federales de 1988.
Jaime Ramírez bordó reflexiones en torno a los “gatilleros intelectuales” a los que en su tiempo etiquetó Manuel J. Clouthier. Dijo que en estos tiempos dichos francotiradores siguen vigentes en México y Sonora. En otro momento, Jaime Ramírez aseguró que el Maquío nunca se sometería a las ataduras partidistas y terminó comentando otra de las frases más conocidas que legó el Maquío: “Sólo está derrotado el que ha dejado de luchar”…
Javier Castelo pidió la palabra y mostró a los presentes que también sabe emocionarse. Recordó vivencias compartidas al lado de Manuel J. Clouthier, como el momento en el que al Maquío se le posó una paloma en el hombro mientras protestaba el derrotero de las elecciones frente Gobernación, y con su vozarrón se dirigió a Manuel Bartlet gritándole: “Mira Bartlet, a ti no se para ni un zopilote”.
El momento político corrió a cargo del luchador social Rosendo Arrayales, quien tras encomiar la trayectoria de Manuel Clouthier, heredero del legado del Maquío, valoró su postura en el enjuiciamiento de la lucha del gobierno federal contra en narco en Sinaloa, así como su actitud intransigente ante el pragmatismo del PAN en la elección interna del candidato a gobernador. Remató, preguntándole a rajatabla si acaso iría a la elección amparándose con siglas distintas a las del partido azul.
En la respuesta, Manuel Clouthier recordó las palabras que dijera el día anterior en el programa de Carmen Aristégui. “Yo creo que Sinaloa está más enredado que una cooperativa”. Después, en el momento de la confianza y las confesiones aseguró:
“Si no fuera porque me consta que son muy brutos, diría que es un plan pactado para darle en la madre al PAN”. Aseguró que no sería candidato a gobernador de ningún partido y cerró la réplica con palabras que arrancarían sonoros aplausos de los presentes: “Quien aspire a gobernar Sinaloa debe estar dispuesto a dos condiciones: 1.- Arreglo con el crimen organizado y 2.- Arreglo con el gobierno federal”.
El libro coincide con el veinte aniversario luctuoso de Manuel J. Clouthier. El prólogo del libro es de Don Luis H. Álvarez. La separación en tomos obedece principalmente a razones de orden comercial y de formato, pues el mismo Manuel Clouthier confirmó a los presentes que es muy difícil separar por partes las etapas de la vida de su padre. El libro muestra especialmente al Manuel J. Clouthier cargado de la doctrina social, al hombre empeñado en la transición democrática y que al momento de su muerte estaba resuelto a no quedarse atado en el fracaso electoral de 1988.
Vale, agur…