Sergio Ibarra
No cabe duda que los políticos proponen y allá, el de arriba dispone. Se requerirán por lo menos el triple de los spots que ya le han destinado en Televisa a Enrique Peña Nieto, para tratar de resucitarlo y ponerlo de nueva cuenta en el escenario político del que ha caído en forma estrepitosa en estos últimos días. ¿La razón? El pésimo manejo del caso Paulete en el que su procurador Alberto Bazbaz, quiso vernos la cara a todos los mexicanos cuando al hacer honor a su apellido pretendió cometer la segunda mayor barrabasada del mundo, apenas igualada por Pilatos quien dio origen al mayúsculo riegue al dejar a la suerte de la plebe el destino de su reo, Barrabas, a quien finalmente se le sentenció a morir crucificado al lado de Jesús, el Nazareno. La única diferencia de la barrabasada actual con la del cuento es que el único crucificado aquí podría ser el gobernador mexiquense Enrique Peña Nieto el que jamás debió haber autorizado a don Alberto para que saliera a decirnos a los mexicanos que el caso de la niña Paulette se resume en un simple accidente cuando lo cierto es que todos los caminos conducen a un apestoso asunto en el que ya se encuentra coludido hasta el ahora ex procurador.
Cómo es posible que después de tres días de andar buscando a la criatura no se haya podido dar con ella y finalmente encuentran su cadáver abajo de la cama, atada al colchón? Qué clase de cuento chino es ese y qué clase de funcionario sería Barbaz para haber aceptado tan infantil versión. La única manera de entender esto es que el señor tiene mucha vela en el entierro, entierro en el que seguramente se hallan coludidos varios personajes, muy cercanos, por cierto, a la familia de la infortunada niña.
Para mala suerte de Peña Nieto, el caso de Paulette y el “inocentón” de su procurador, no estamos hablando de un simple funcionario más al que se le remueve de su cargo y que siga la fiesta, esa misma que de tiempo atrás emprendió el controvertido gobernador, muy de la mano de Televisa; se está ante un evidente caso de corrupción que por su naturaleza no solo salpica, sino que envuelve la figura del gobernador y su gobierno. A tal grado así que, si en estos momentos se levantara una encuesta ( pero no de las que le manda hacer Televisa a Roy Campos ) para determinar quién es quién entre las preferencias de los priistas para la grande del 2012, es muy posible que los resultados quedaran de esta manera y en este orden: Manlio Fabio Beltrones, Beatriz Paredes, Enrique Peña Nieto y Fidel Herrera.
FIERRITOS EN LA LUMBRE
Tú no estás para saberlo, lector, pero de buena fuente se sabe que en el caso de la narcofiesta en Vicam, habrá mucha tela de donde cortar debido a los grandes personajes que se hallaban ahí reunidos y de los que, qué crees?, todo mundo estaba enterado, menos quien está obligado a saberlo. Se hallaban, como siempre ocurre, “ vigilando” las áreas del aeropuerto “ internacional” de Ciudad Obregón, en donde de vez en cuando aterriza un jet procedente del extranjero, y por supuesto, a la caza de propietarios de vehículos chuecos; y, celosos de su deber, como siempre han sido, hasta en apoyo a la lucha del narcomenudeo cajemense, en donde se combate, “ de grapa” para abajo. De ahí que no extrañan a nadie las declaraciones hechas hace apenas unos días por el empresariado mexicano cuando casi le gritan en su barbas a Calderón que la lucha en contra del crimen organizado está más que perdida y en la que no queda mucho por hacer, salvo abandonar sus hogares y sus empresas, obligados ante el terror que han venido sembrando con sus extorsiones o cuotas de poder, como ocurre actualmente en Nuevo León, Chihuahua, Tamaulipas y ya empieza a proliferar también por rumbos de nuestro estado. Alguna duda? Pregúnteselo a quien más confianza le tenga, pero por favor no lo cuente. Sugerencias y comentarios; premiereditores@hotmail.com