Porqué politizar un hecho tan triste y doloroso como fue la tragedia del ABC.
Es muy justo el reclamo de los deudos y con mayor razón el de los padres de niños que aun sufren la secuela de aquel horror que se vivió hace justo un año. Lo que resulta reprobable es que los azules, ahora en el poder, asuman actitudes de jueces y acusadores buscando desviar o atraer según el caso, la atención de la ciudadanía tratando de hacer leña del árbol caído.
Las leyes en México son muy claras. Nuestra Constitución, con todas las aberraciones que se le han agregado, es ejemplo de muchos países, según esto, más adelantados. En un año las altas autoridades han tenido el tiempo suficiente para investigar, estudiar y dictar sentencia. Lejos de eso, como son manipuladas por el panismo en el poder, han dado largas que aprovechan para estar dale que dale en un actitud que dista mucho de buscar justicia. Lo que les urge y bien lo llevan a cabo, es politizar el asunto y estar shingando a todas horas, aprovechando el “nuevo periodismo” que según se ve jala más para su mano en busca de noticia$$$$ que cumpliendo con la obligación de actuar e informar con imparcialidad y en su tiempo.
El gobernador de Sonora llegó al cargo por los votos que se le negaron a la actual oposición tras una campaña apoyada en los trágicos hechos. Ahora no le conviene que se olvide. Al contrario, diariamente acercan combustible a la hoguera para que no se apague.
Está claro que no gobierna para todo el estado. O bien que el territorio sonorense comienza en Hermosillo y termina en la frontera. O sea que ya puede pasar a la historia como émulo de su Alteza Serenisima don Antonio de Santa Ana.
Mientras el gobierno federal lo apoya dando largas al caso Guardería ABC, quitando y poniendo “líneas de investigación”, aumentando la justa indignación de los dolientes y azuzando a la sociedad que los sigue, mantiene su terca y seguramente interesada idea de llevarse el agua de Cajeme.
Así lo indican las “adhesiones” cuyos costos sabe Dios de donde saldrán que atiborran los espacios periodísticos y noticiosos que son, a no dudarlo quienes llevan la parte más buena del pastel.
Lástima de ropita. Tan serio que parecía.