Yerra y feo en sus apreciaciones el dirigente del PAN Sonora, Juan Valencia Durazo cuando en su última intervención en relación al plantón que mantienen los agricultores del sur del estado en protesta a las acciones emprendidas por el gobierno del estado de llevarse el agua del Novillo, asienta ahí que se trata de un grupo de ciudadanos, “ no los cajemenses” quienes se oponen a dicha medida.
Lo anterior mueve a pensar tres cosas: o el señor no lee los periódicos que en más de tres ocasiones han dado cuenta de las kilométricas marchas en las que miles y miles de cajemenses han salido a la calle a manifestar su inconformidad; dos, al líder del PAN le están mintiendo y ocultando información o, tres, de plano, Valencia Durazo cree que la gente de Cajeme es fácil de manipular y como borregos se entregan cual carne de cañón a los intereses de los dirigentes agrícolas que de siempre han estado al frente del movimiento, como son los casos de Adalberto Rosas, Jaime Miranda Peláez, Homero Melis Cota de la AOASS y del senador Javier Castelo Parada a quienes según Valencia Durazo invita a que se conduzcan con cordura, a utilizar los canales adecuados para manifestar sus inconformidades.
Otra cosa que tal vez ignora don Juan es que tanto el senador Castelo como Adalberto Rosas y don Jaime Miranda, son viejos en esto de las marchas y las manifestaciones y dudo que alguien como el novel líder del panismo quiera venir a darles clasecitas de cómo organizar un plantón, una manifestación o hasta una marcha como la que se pretende emprender con rumbo a Hermosillo. Y sin quebrar un solo plato por no decir que sin disparar un solo tiro. La marcha más corta que se recuerda del pelón Rosas es la que realizó a finales de los ochentas, que inicia en Estación Don y concluye en San Luis Río Colorado cuando se enfrentó al sistema político federal representado en esos días por Miguel de la Madrid, luego del robo de que fue objeto al habérsele arrebatado el triunfo, por la gubernatura que obtuvo en las urnas tras derrotar al entonces candidato del PRI y de la Madrid, -- que no de los sonorenses—don Rodolfo Félix Valdés.
Todo lo anterior, sin descontar que Valencia Durazo, en su condición de dirigente de un partido político que por años se desenvolvió en la oposición – algo así como poco más de sesenta años—ya debería de saber, seguramente se lo habrán dicho en los cursos de inducción política o habrá leído la historia y las luchas del viejo panismo, nada se consigue en la comodidad de la pasividad, siendo un líder mediocre. Y si lo duda, ahí están los casos de tantos panistas de la vieja horneada como son el propio Adalberto, Pablo Emilio Madero, el mismo Vicente Fox quien tuvo que ganar en par de ocasiones la gubernatura de Guanajuato, para que se le reconociera el triunfo y por supuesto, las dos figuras más emblemáticas que por siempre ha tenido el partido que en Sonora dirige don Juan; en primer orden, el doctor Salvador Nava Martínez, oriundo de San Luis Potosí y por supuesto, Manuel, el Maquío, Clouthier, sinaloense, para más señas. De don Salvador, a quien el priismo de aquellos años y muchos otros despitados, invitaron también “a que se condujera con cordura y a utilizar los canales adecuados, para manifestar sus inconformidades” como ahora lo hace Valencia Durazo con nuestros dirigentes agrícolas del sur del estado, habría que destacar que en su haber y por su denodada lucha por la democracia se debe la caída de la gubernatura ni más ni menos que de Fausto Zapata Loredo el hombre que el sistema había impuesto, tras haberle robado el triunfo al doctor Nava. Lo anterior no hubiera sido posible si Nava Martínez se queda tranquilo en sus aposentos, viendo como el PRI y la presidencia de la república le escamoteaban el triunfo. Por el contrario, empezó su movimiento con un plantón, luego emprendió lo que llamó la “ Marcha por la dignidad”, partiendo de San Luis, con rumbo a la ciudad de México. El doctor Nava canceló la marcha sólo en el momento en que desde la presidencia misma de la república le informaban que Zapata Loredo, personaje muy cercano al ex presidente Echeverría de quien fue su secretario particular, ya no estaba más al frente de la gubernatura potosina. Para los que apuntan y para la agenda particular del mismo Valencia Durazo, va el siguiente dato: El doctor Nava fue alcalde de San Luis Potosí en dos ocasiones; la primera como candidato independiente, derrotando nada menos que al candidato del cacique de caciques, Gonzalo N Santos y la segunda en 1981, bajo la bandera de Acción Nacional. Ni modo, mi dirigente, la historia y la física enseñan que el movimiento se demuestra andando. Y no sentados en la comodidad de las torres de marfil de la que suelen apoderarse los torpes de vista corta. Sugerencias y comentarios; premiereditores@hotmail.com