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Quisiera ser pobre

Jorge A. Lizárraga Rocha
Viernes 06 de Agosto de 2010
 

Cuando escuchaba las bienaventuranzas en misa para los pobres, me sacaba de onda eso de que “bienaventurados los pobres de espíritu”, pues yo lo interpretaba como aquellos que no tienen la fortaleza suficiente para dejar algo; sin embargo, en alguna ocasión escuché a un sacerdote mencionar que eso de “pobres de espíritu” es cuestión de traducción, que también podría hacer sido traducido como “pobres por convicción”, es decir que desdeñan los bienes materiales al considerarle más valor a los bienes morales y espirituales.

No quiero espantarles, no me voy a poner evangélico, ¡Dios guarde la hora que intente algo por el estilo! Solamente quiero tomar esta temática pues la neta ya me cansé de oír tantas cosas sin sentido que se hacen y se dicen alrededor del dinero y por ende de los bienes materiales.

Para empezar, es de todos conocido que la mayor parte de los crímenes que se cometen son por razón del dinero o bienes materiales que tiene o tenía el ofendido o el ofensor, y que con tal de defenderlos, en muchas ocasiones, bueno nada más en una, le llega a costar la vida a alguno de los dos.

Sin llegar al extremo de pérdidas de vida, también por dinero o bienes materiales (de aquí en adelante nada mas diré dinero) se cometen aberraciones como el explotar a los trabajadores para hacerlos que generen dinero para los que lo tienen, sin importar grandemente si con lo que se les paga apenas si pueden cubrir sus necesidades. A estos explotadores muchas veces se les conoce como hombres con una gran visión para los negocios, y viven en el contexto de lo material de manera envidiable. Hay que reconocer que no todos son de la misma calaña, que también hay dueños de dinero que son justos con sus trabajadores.

Vemos en estas columnas de Infocajeme y en la mayor parte de los comentarios en su Foro (que a veces no se miden con los comentarios) que prácticamente todos giran alrededor del deseo de tener dinero, envidias a los demás por dinero, a que los políticos solamente buscan dinero y no el bien de la gente que los eligió; lo mismo pasa en prácticamente todos los medios de comunicación, como la radio y la televisión que le dedican periodos interminables a la “Sección económica y financiera”, donde sesudos analistas hablan y hablan durante minutos larguísimos sin decir nada, solamente de teorías de cómo se deberían manejar los dineros del pueblo para mejorar la situación económica y financiera de nuestro país y del mundo.

Hoy escuché en las noticias que algunos de los ricos más poderosos del mundo (en dinero) se pusieron de acuerdo para donar la mitad de sus fortunas para redituar en algo a la humanidad su dicha de ser ricos (en dinero). Es una buena idea, pero se me hace grotesco el pensar que unas personas al donar, digamos una cifra igual de grotesca, Dos mil millones de dólares, y quedarse “solamente” con Dos mil millones de dólares para cubrir sus necesidades, piensen qua ya van a ser libres de toda culpa y con eso se están ganando el cielo y quizás el perdón divino; volviendo a los evangelios, ni modo, recordemos a la viuda que entregó un centavo de los dos que tenía como limosna para el templo.

Aterrizando este concepto para algunos ricos de nuestro país, leí un artículo de una escritora de moda, Denise (no recuerdo su apellido), en el que invita a los ricos mexicanos a que hagan lo mismo, y que algunos de ellos aun antes de recibir la invitación dijeron que nones, que a ellos les había costado mucho trabajo hacerse de ese dinero y no estaban dispuestos a dejarlo ir tan fácilmente. Cuestión de enfoques.

Regresando a la realidad de la mayoría de nosotros los clasemedieros generadores de las grandes fortunas de los grandes hombres de negocios, al platicar con algunos de mis amigos más cercanos sobre mis ideas de querer vivir con la menor cantidad de dinero y volver a lo básico de vivir directamente de los recursos naturales, llegan a la conclusión de que para poder explotar los recursos naturales se requiere de dinero. Estoy parcialmente de acuerdo con ellos, pero…. Si en realidad llegara el momento en que tuviéramos que prescindir del dinero y dependiéramos solamente de los recursos naturales para continuar en este mundo ¿Quién sobreviviría mejor?

Yo inclino en ese momento la balanza a favor de los pobres (en dinero) pues desde hace mucho tiempo ellos son los que saben como producir o encontrar los alimentos directamente del suelo o del agua.

¿Se imaginan ustedes al Sr. Gerente de la Compañía Fabricante de Colchones encorvado en la tierra tratando de sembrar un rábano, cebolla o zanahoria? ¿A la Sra Diputada tratando de atrapar a un ave silvestre para hacerla caldo? ¿Al Dr en Ciencias Económicas tratando de pescar en una corriente (sin su lancha de motor fuera de borda, cañas finlandesas y carnada artificial), solamente con los recursos que pudiera encontrar en la orilla del cuerpo de agua?

No pretendo menospreciar el mérito del Sr Gerente, la Sra Diputada ni del Dr en Ciencias Económicas de haber logrado el estatus que detentan, solamente quiero puntualizar que sus funciones están bastante alejadas de los recursos que verdaderamente valen la pena y que sirven para la subsistencia de los seres humanos.

Para ser triunfador no tienes que tener un carro del año; por ahí anda un triunfador con mi Tsuru que me robó hace año y medio (y que no he podido reponer) y que seguro por unos momentos apantalló a sus compas al verlo con un carro nuevo, o pudo comprar algunas cosas con el dinero que sacó de su venta como gran señor de negocios, seguro para estas fechas ya se le acabó y tiene la necesidad de buscar a otra víctima, con los riesgos inherentes, para satisfacer sus necesidades básicas.

Por lo anterior, quisiera que mis amigos me dejaran ser pobre y que no midiéramos la riqueza o el triunfo personal o profesional por los bienes materiales que tenemos; no creo que sea justo criticar a alguien porque anda en una troquita último modelo del 89 en lugar de andar en un auto de modelo reciente como debería por ser un profesionista con algunos grados académicos.

¡Deveritas! Cómo quisiera ser pobre, para poder aprender a sobrevivir con los recursos naturales que Diosito nos pone enfrente y que muchas veces no podemos valorar por estar valorando otras cuestiones sin valor real.

Hace días pasé cerca de una higuera que estaba en el monte así que no le robé a nadie al tomar unos higos que ya se veían listos para ser consumidos, al llegar a casa los puse en un plato y puse al lado del plato con los higos un billete de cien pesos; créanme que no me costó nadita de trabajo decidir que comerme si los higos o el billete.

 

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