Terminé de saludar al sonriente Arturo Leyva que daba bienvenidas a todo mundo y repartía abrazos en la esquina de las calles Coahuila y Las Palmas en la colonia Machi López, y sólo por curiosear me acerqué al chiquitín que esperaba junto a otros en la larga fila de escolares, luego interrogué al niño que frotaba ambas manos para quitarse el frío mañanero:
“Oye morro y quién fue El Machi López”… Brian Daniel, que así se llama el niño, mirándome fijamente, con la respuesta hizo otro homenaje generacional al Machi López: “fue un señor muy trabajador que defendía gente pobre y que mataron porque no quiso mordidas de dinero y por el que llamaron así a la colonia donde vivo”.
Muy temprano, amparados en chamarras y suéteres nuevecitos, medio centenar de niños formaron dos filas a la entrada del Centro de Usos Múltiples de la Colonia Machi López, tomar sitio preferente en el lugar, y participar en el acto con que familia, amigos, seguidores y admiradores recordaron la trayectoria de Maximiliano “Machi” R. López, en ocasión del 57 aniversario de su asesinato.
Friolentos pero contentos, los escolares participaron en los honores a la bandera y siguieron con atención el programa preparado especialmente para recordar que la noche del 26 de septiembre de 1953 asesinaron en la puerta de su casa al líder agrario, honrado a través de generaciones por su calidad incorruptible.
Convocando a la audiencia, en la que también se encontraban miembros de la administración municipal, líderes campesinos regionales, representantes de la sociedad civil, e incluso elementos de seguridad pública, el regidor Guillermo Patiño lamentó la ausencia física del Machi López, pero habló del ejemplo que heredó y les recomendó a los pequeñines a seguir el camino de la honradez, porque así surgen los grandes ciudadanos que pasan a la historia.
Muy emocionado, el Prof. Enrique Sánchez Ibarra, recordó los orígenes de la Colonia Machi López, exaltó la trayectoria del líder agrario y confirmó ante los presentes que la organización civil que dirige solicitó a Cabildo Municipal la inclusión de esta fecha luctuosa en el Calendario Cívico Municipal.
Emocionado hasta las lágrimas, con manos temblorosas desarrugó el papel y entregó en manos de Anita López, hija del malogrado líder, el facsímil de la solicitud que la organización vecinal entregó a la administración municipal, de la que por cierto aún se espera la respuesta.
Ramiro Castelo Delgadillo levantando la mano pidió la palabra y se apropió del escenario. Con voz fuerte de líder curtido en mil batallas, reforzando sus dichos con ademanes aparatosos y golpes al podio, vehemente, habló del ejemplo del hombre incorruptible, de la ausencia de líderes de esa talla histórica, del vacío de figuras del tamaño del Machi López en la política local, regional y nacional.
Castelo Delgadillo se dijo inconforme con el uso de las instituciones para favorecer intereses de unos cuantos en detrimento de las grandes mayorías, pero al igual que el regidor Patiño, confirmó que tiene confianza en las nuevas generaciones y levantó el compromiso de la chamacada para que nunca se aparten del patriotismo y la legalidad.
En su turno, con voz fuerte y clara como hablan quienes tienen tranquila la conciencia, haciendo a un lado el micrófono, Anita López proclamó la vigencia de los postulados que siguió su padre, a quien en todo momento se refirió en tercera persona y citándolo por el nombre.
Vigorosa, con el semblante escarmentado, rememorando al Machi López como padre ejemplar y como ciudadano responsable, repasó las circunstancias políticas actuales, las luchas campesinas, obreras y populares por las transita la sociedad mexicana en estos tiempos, con cuyos propósitos a favor de los desposeídos seguramente habría coincidido su padre.
Anita López arengó a los asistentes, quienes a una voz exclamaron vivas por los grandes movimientos sociales que sacudieron nuestro país, pidió vivas por México y, antes de concluir su mensaje, conmovió a los asistentes con su clásica proclama “¡VIVA EL MACHI LÓPEZ, VIVA EL MACHI LÓPEZ!, convocatoria con la que exalta el recuerdo y el legado político del padre.
Brian Daniel, Walter Israel, Dana Carolina, Yajaira Guadalupe y todos los demás chamacos recibieron sus premios al final de la ceremonia, porque degustaron sendos tamales y tarros enormes de champurrado caliente, con que se acostumbra cerrar las ceremonias cada vez que se recuerda el proditorio asesinato del carismático líder campesino.
Perviven a Maximiano “Machi” R. López su hija y nietos, su nombre que es epónimo de calles, colonias, poblados y ejidos, pero especialmente, el legado de hombre incorruptible en la lucha social a favor de sus iguales, a quienes defendió de aquellos que desde siempre detentan poderes omnímodos.