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En ocasión del brindis navideño con los míos, yo brindé por un solo motivo que vale por los cien millones de motivos por lo que los mexicanos levantaron su copa esa noche del pasado 24 de diciembre.-- El solo hecho de pensar que llegamos vivos a diciembre del 2010 sin haber sido alcanzados por una bala perdida, -- les dije—ya es mucho pedir. ¿Quién iba pensar que aquel brindis que muchos lo pudieron haber tomado a broma como un deseo más para salir del paso, sería casi premonitorio?
En cuestión de horas hubo dos sonorenses que no estarán como usted y yo, lector, de nueva cuenta, con los suyos para brindar por los buenos deseos del próximo año que estará empezando en punto de las doce de la noche, hora local y las 23 horas, tiempo del centro del país. Por desgracia, uno de ellos es el niño Alfonso Ramírez Piña quien murió en el atentado en el que mataron a Rodolfo Woolfolk Portillo a causa de una bala perdida. Una bala que sin duda, no solo mató a Ponchito, sino quebró las esperanzas de sus padres, sus tíos y sus abuelos.
En esta ocasión, hoy que cae el telón de este sangriento 2010 en el que se dejó a tantos niños sin sus padres, quiero, al tiempo de hacer un breve resumen de lo peor y lo mejor de este 2010, brindar por lo mismo—porque lleguemos vivos a las últimas campanadas del año-- y por que a ti te vaya mejor, lector amigo. Que al finalizar el 2011 que promete estar en las mismas en cuestiones de economía y mucho mejor en la grilla podamos estar presentes en la cita que desde hoy hago contigo para el viernes 30 de diciembre del año venidero
Así pues, ni duda que el 2010 fue cabalístico para el estado y el país en muchos aspectos. Sobre todo en el terreno de la inseguridad. Baste recordar los miles de muertos que se contabilizaron a lo largo de su sangrienta jornada, algo así como 30 mil en lo que va del sexenio calderonista para ser precisos.
De los muertos célebres, mexicanos, habría que recordar a tres grandes de la literatura y las artes; el primero de ellos, Alí Chumacera, Gabriel Vargas, quien hizo historia con las historietas de “ La familia Burrón” en la época de los cincuenta a los setenta; y por supuesto, Carlos Monsivais y casi al concluir el año el maestro Germán Dehesa, quien todavía se dio tiempo para avisarnos de su próxima salida con rumbo al valle de lo desconocido en aquella columna suya que todavía conservo y en el que prácticamente se despidió de sus lectores que los tenía por miles.
A don Germán le detectan el cáncer que padecía y hasta le ponen fecha a su muerte; escasos tres meses más. Y así ocurrió. Adelantado como el que más, decidió emprenderla el dos de septiembre. Meses antes, el arte perdía también al escritor, poeta y ensayista, Carlos Montemayor, oriundo de Chihuahua. Quizá muy pocos recuerdan al autor de la “ Picardía Mexicana”; se trata de Armando Jiménez, nacido en Piedras Negras, Coahuila quien también se nos adelantó en el viaje sin retorno este año que acaba en cuestiones de horas más.
A nivel mundial, el mundo de las letras sufre una invaluable pérdida con la partida del portugués José Saramago. El premio novel autor de, entre otras obras de, El Evangelio según Jesucristo, murió a los 87 años en su casa de Lanzarote, Islas Canarias. El séptimo arte mexicano despide a dos de sus grandes histriones; Blanca Sánchez, muerta el siete de enero y días antes, apenas el primero de enero, fallece el western mexicano, Rodolfo de Anda; a nivel mundial, se irían también los actores Tony Curtis, el 29 de septiembre, lo mismo que Gary Colemán, famoso por su actuación en la serie Blanco y Negro.
De vuelta a México, la Sociedad de autores y compositores de México y el gremio de los compositores, lo mismo que las musas se visten de luto con la muerte del maestro Roberto Cantoral, cuya barca llega a su fin apenas en meses pasados. El autor de El Reloj, El preso número 13, La Barca y tantas otras composiciones fungía como presidente vitalicio de la SACM en México y Latinoamérica. La muerte se llevaría también a otros dos grandes de la música y la interpretación; Olga Guillot y al gran Sandro de América. Sandro se iría apenas iniciado este 2010 y la Guillot pediría su último grano de ¡ azúcar! El once de julio a los 0chenta y siete años de edad.
FIERRITOS EN LA LUMBRE
De los plantones asestados a los cajemenses, el más recordado, seguramente que será el que acaba de recetarnos el cantautor Juan Gabriel quien debería estarse presentando en la llamada Arena Itson, éste pasado 18 de diciembre, pero que se canceló de último momento por supuesta enfermedad del “ divo” de Juárez. Pero no. Al respecto de este asunto tengo dos noticias que darte lector; la primera, la buena es que el autor de No tengo Dinero y mil más, no está enfermo; la segunda y la mala es que es casi un hecho que no se presente en febrero como se ha venido anunciando. Lo único cierto aquí es que, no hubo tal enfermedad y si, un rotundo rechazo de la Juanga de presentarse al concierto porque sencillamente al día de su presentación no se había vendido el ochenta por ciento de las entradas tal y como lo exige en su contrato el cantante.
Bueno, eso es lo que ha trascendido últimamente lo que aquí entre nos, no suena tan descabellado y deja entrever dos cosas; o no se hizo la suficiente promoción para el show de la Juanga o, de plano, los bonos del juarense ya andan de capa caída. Yo me inclino más por lo segundo. Ya en serio, que tengas un feliz y muy provechoso año nuevo, lector amigo y que todos tus sueños se cumplan en este año que está por llegar.
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