Jorge A. Lizárraga Rocha
En realidad nunca he estado peleado con la música, pero me había alejado un poco de escucharla pues lo que se escucha en la radio y en la televisión no llena mis expectativas, sobre todo en cuanto al contenido y mensaje de las canciones que actualmente se tocan en las estaciones populares.
Pero el día de ayer tuvimos en Cd. Obregón un reencuentro, o por lo menos yo lo tuve y algunos de mis vecinos de asientos en el Teatro del ITSON, al escuchar la primera presentación del Festival Cultural Alfonso Ortiz Tirado, la cual fue hecha de manera muy agradable por parte del tenor Fernando de la Mora y del pianista Gonzalo Romeu. Lo que se llevó la noche, en mi opinión, fue la selección de las canciones que interpretaron, sin menosprecio de sus cualidades histriónicas.
Nos hicieron cantar canciones que ya hacía tiempo no escuchaba, pero que al tenerlas presentes nos recordaron (y son palabras mías y de mis vecinos de asientos) a nuestros padres y a los autores que las escribieron y musicalizaron, y por ende a tiempos ya pasados, pues la mayoría de las canciones fueron escritas si mal no recuerdo en las décadas de 1930 a 1950, aunque por ahí salió alguna de alrededor de 1970.
Quizás algunos de los lectores hasta aquí lleguen pues se van a espantar de que escriba de algo de “tiempos de la catota”, sobre todo aquellos de menos de 50 años de edad. Por cierto la “catota” son las canicas o chaicos, unas bolitas de cristal y algunas de barro con las que nos rompíamos las rodillas de los pantalones al pasarnos horas jugando con ellas, tratando de meterlas en el hoyito, o evitando caer en él, o tratando de sacar a otras del círculo trazado en el suelo para quedarnos con ellas, según el juego de que se tratara. Sin embargo seguiré platicando sobre esa música que en realidad era de la “época de nuestros padres”, pero que la alargamos los que tuvimos la bendición de que nos las hicieran escuchar por allá de 1960.
Las canciones interpretadas nos recordaron que la música es una manifestación de las personas expresando los sentimientos que se viven, sus anhelos y experiencias, me dio envidia el que los autores de esas épocas tuvieran vivencias, anhelos y experiencias tan diferentes a las que tenemos ahora; siento que en esos tiempos la vida del mexicano y supongo que de los habitantes de otros países también, giraban más alrededor del amor, de querer conquistar a la persona amada y de expresar emociones sin miedo de lo que dirían los demás, sin olvidar que en esos tiempos se tuvo la Segunda Guerra Mundial, algo contrario al amor y que provocó la separación de tantas personas que se amaban, afortunadamente en nuestro país los efectos fueron pequeños comparados con los que se tuvieron en otros países, sobre todo en Europa.
Entre las canciones que escuchamos estaban las siguientes: Santa, Un viejo amor, La Paloma, María Elena, La comparsita, Amapola, Granada, Muñequita Linda, y muchas otras de las que desafortunadamente no recuerdo sus nombres. Al cantar algunas de ellas a más de uno se nos rodó alguna lagrimilla pues recordamos a nuestros padres que las cantaban con una gran emoción, emoción que yo a veces no comprendía, pero lo que pasaba es que ellos se transportaban a alrededor de 30 años atrás, cuando eran jóvenes y llenos del ímpetu que en esos momentos nosotros no comprendíamos que ellos pudieron haber tenido.
En lo personal la canción que me hizo derramar la lágrima mencionada en el párrafo anterior fue la que dice en uno de sus estribillos: “Cuando se quiere de veras, como te quiero yo a ti, es imposible mi cielo, tan separado vivir”.
Yo sé que fue escrita de una persona a otra, pero no sé por qué en ese momento la relacioné más con lo que está pasando con nuestra ciudad, nuestro municipio, nuestro estado y nuestro país y con nuestra sociedad en general. Ojalá pudiéramos poner de lado tantas cosas fútiles y sin chiste, aunque algunas si son serias, y atrevernos a decir “Quiéreme mucho” (que yo prometo quererte) y estoy seguro que se cerrarían muchas de las brechas que cada día nos están separando más como sociedad, ciudad, municipio, estado y país.