Yo pensaba que con haberle presumido al mundo que al menos fuimos paisanos y contemporáneos de las más grandes luminarias del planeta que con sus magistrales actuaciones hicieron posible la era dorada del cine mexicano y después de haber oído las grandes interpretaciones de Agustín Lara, José Alfredo Jiménez, Juan Gabriel, Chucho Monje y desde luego, el maestro Rosendo Montiel, lo mismo que el haber tenido la suerte de nacer en Sonora, 65 kilómetros antes de hacer frontera con Sinaloa ( ¡?), y el haber escuchado los chascarrillos del Caracas Carrillo, mientras el creador lo mantuvo alejado de su santo seno, desterrado en este planeta, antes de llevarlo de regreso a casa, ya lo había visto uno todo.
Pero resulta que no.
Este pasado sábado, por si lo ignorabas, lector, deberían de haber sido tus últimos pasos por este desventurado mundo en donde todavía, desde que el bingbang inició su siniestro tic tac, el pez grande se come al chico y sigue sin salir en la foto aquel que se mueve.
De acuerdo al nostradamus moderno que se llama Harold Camping, ingeniero civil de profesión y del que podemos deducir que es más fácil que libre un antidoping un elemento de la gendarmería local que el señor en cuestión, el mundo habría de empezar a colapsarse, empezando por Navojoa, perdón, por Nueva Zelanda, en punto de las seis de la tarde de éste pasado sábado, escasas horas después de que Carlos Emilio, el segundo nieto de doña Chuy, recibiera las aguas del Jordán en su testa.
La predicción apocalíptica de Camping decía además que tras la fuerte sacudida en Nueva Zelanda, la ola de destrucción y muerte continuaría en forma devastadora sin control alguno a través de montes y valles, atravesando ciudades y países enteros y tras un largo silencio, vendría a reinar, por fin, la oscuridad para todos los mortales de la tierra.
No entraba en detalles si el juicio final estaría a cargo de los ministros de la Suprema Corte de México, especialistas en juicios divinos y en atolladeros de corte electoral, pero de que vendría el juicio final, de eso no nos salvaba ni un amparo milagroso de los muchos abogados cobijas que pululan por los juzgados de Cajeme.
El caso es que, atareados como deben de andar por allá en aquellos insondables apandos celestiales --- en busca de acomodo preventivo para Bin Laden mientras lo deportan a los dominios de Luzbel antes de que les vuele las torres de marfil y de Babel, que aunque no son gemelas, no dejan de ser una tentación para el barbado terrorista--- a alguien se le debió olvidar que el acabose para los terrícolas había llegado y simplemente no accionaron el botón antiplagas y aquí seguimos, como decían los abuelos, socarronamente, “ vivitos y coleando”… y total que ya somos muchos.
Desde luego que el señor Camping no es el único “ iluminado” al que le fallan sus predicciones; para suerte de la humanidad y de aquellos que vienen llegando a la función, las reglas de operación siguen siendo las mismas y el mundo deja de ser para aquellos que van desocupando el asiento. Lo demás es misterio y como tal se queda.
FIERRITOS EN LA LUMBRE
A los que si, de veras, se les acabó el corrido es a los taca tacas y cantantes de pacotilla que habían venido haciendo su modus vivendi, dedicando loas en honor de tipos de baja estofa, enemigos públicos de la sociedad. El fin llegó para los mal llamados intérpretes y aquellos otros que se dicen compositores. Al menos así es en el caso del Estado de Sinaloa en donde el gobernador Mario López Valdez acaba de emitir un decreto que prohíbe la difusión de ese nocivo material que son los corridos.
Yo no sé, de cierto, si el contenido de esta sarta de barrabasadas, -- por no decir más feo—influya o anime a que el chamaco se encamine por el sendero del narcotráfico, pero, lo que sí me consta, es la larga letanía de estupideces que ahí se dicen y que quienes se dicen estudiosos del asunto le llaman, “ apología del crimen”, que yo más bien llamaría, un absoluto atentado a las formas del bien decir y a cuyas letras, -- ¡ por esta!—que no me atrevo a asomarme por el temor de encarame al crimen, atropello, desparpajo, afrenta y demás yerbas que seguramente se harán en contra del castellano.
Qué bueno, por otra que, como ya lo vimos, el gobernador Guillermo Padrés ya se pronunció también en el mismo sentido que MALOVA por lo que se espera que aquí en Sonora se haga la propio en este sentido y con cuya acción, tal vez, se esté atentando en contra de la libertad de expresión lo que es menor si, como vemos, en contra parte, aquí no solo se atenta, sino se desgracia todo un idioma tan rico como el español. Mientras tanto, por rumbos de Palacio Estatal se siguen agregando a la larga lista de urgentes solicitudes de divorcios, dos funcionarios más de primer nivel, éste último, cuyas iniciales empiezan con J y terminan con Z.
Y, finalmente, otro que ya puede gritar misión cumplida a través del “ cacarizo” es el compañero, comunicador, José María Cerecer Sánchez, hombre ligado al micrófono y las noticias, a partir de que ayer domingo recibió, en Cocoyoc, Morelos, el merecido reconocimiento “ Premio México de Periodismo”, extendido por la Federación de Asociación de Periodistas de México. Enhorabuena mi flaco y, como rezaba aquel viejo dibujo al lápiz en que nos plasmaron para la posteridad…Señal que cabalgamos!
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