Hace unos días, comentábamos aquí lo extraño que nos parecían las declaraciones del secretario de gobernación Francisco Blake Mora cuando prácticamente le pintó la raya al clero mexicano al advertirle la clara separación ( que de los dientes hacia fuera se sigue dando en México desde que el benemérito, Benito Juárez la implantó en México ) existente entre Iglesia y Estado.
La historia enseña que cuando un sonorense quiso hacer cumplir la ley en ese sentido se registró en México una de las más inútiles batallas que hasta el momento se siguen lamentando y que costó algunos miles de muertos entre miembros del ejército, seguidores de Cristo y muchos otros inocentes que aquí si que, ni vela tenían en el entierro.
Y le exigía, -- no les pedía-- el señor Blake Mora a los señores purpurados:
Que sacaran su sotana de los asuntos políticos y electorales de México. De bien a bien, nunca entendimos a qué asunto en lo particular se refería, a no ser que a los custodios del santo grial se les haya sorprendido en abierto cuchicheo con algunos de los candidatos ( del PRI o del PRD ) conspirando en contra de la candidatura de monseñor, Felipe Bravo—ni tanto-- Mena, lo que naturalmente tendría que ser considerado como fuego amigo por aquello de las muchas coincidencias entre candidato, partido y los seguidores de la vela perpetua.
Y, como nobleza obliga, ya salió el peine.
Ahora resulta que mientras que buena parte de la sociedad, entre estas, las llamadas fuerzas vivas del país, así como dirigentes de las cámaras empresariales y, por supuesto, los dirigentes de los partidos de oposición y las víctimas colaterales de esos 40 mil muertos que ha costado la batalla contra el crimen, han denostado los altos costos de una guerra mal llevada y mal manejada, ahora resulta que, según la CEM --- la Conferencia del Episcopado Mexicano--, es decir, el conjunto de obispos católicos de México, el derrame de sangre en México era indispensable.
Y lo que es más: Según estos, la labor del comandante del empleo (de las balas) es más que encomiable. O lo que es lo mismo, digno de reconocerse y alabarse según define el diccionario.
Para don Carlos Aguiar Retes, el presidente de la CEM no había de otra, sino el derramamiento inútil de sangre entre balaceras, decapitados, cuerpos de mujeres y hombres colgando de los puentes en su nueva versión de la rebelión de los colgados, ( de Calderón ) escaramuzas infernales con saldo de cinco, hasta 30 muertos como ha sucedido en Sonora, Sinaloa y Nuevo León y muchos otros puntos del país.
Al diablo también con las miles de viudas y los miles de huérfanos a los que solo falta reprocharles su falta de tino al no haber sabido escoger a sus padres biológicos.
Ojalá que mañana no estemos repitiendo la misma historia en la que la Santa Sede no se esté reprochando el “mea culpa” ante la pasividad demostrada como en los casos del holocausto hitleriano y el resto de las barbaridades mundiales en la que ya no queda más que la disculpa inútil e innecesaria.
Ojalá. Así sea!!
FIERRITOS EN LA LUMBRE
El jueves anterior circuló por estas calles, en viaje relámpago, el ex gobernador y líder del senado, Manlio Fabio Beltrones y huelga describir el movimiento grilleril que se dejó sentir en la región. La agenda del legislador se comprendió en tres o cuatro tiempos; su arribo al aeropuerto internacional de Ciudad Obregón, acompañado de Jesús Alberto Cano Vèlez, Samuel Moreno y Raúl Navarro, en donde fue recibido por sus amigos, Raúl Ayala Candelas, Oscar González Astorga y Fausto Islas Ponce.
De ahí, la comitiva enfilaría con rumbo al panteón municipal en donde el senador visitó la tumba de su señora madre, doña Beatriz Beltrones, después de esto tuvo un encuentro privado en casa de reconocido político de la región y al mediodía se reunió de nuevo con sus amigos con los que compartió los alimentos, aderezados, como tenía que ser, con grilla y más grilla en las instalaciones del Bronco.
Pues por lo visto, don Ernesto Cordero, el aún secretario de Hacienda del calderonismo, sigue empecinado en jugarle las contras a su jefe y, a base de barrabasadas, demostrarle a los mexicanos y a los panistas mismos, que él tiene de candidato para la grande lo que Agustín Carstens tiene para llegarle a la dirección del Fondo Monetario Internacional, para suceder en el cargo al ahora convicto, Dominique Strauss, el hombre que en el apellido lleva su penitencia, por aquello que resultó ser todo un “violín” de altos vuelos. Volviendo con Cordero, primero nos sorprende al decirnos que una familia mexicana puede vivir, pierna suelta, manteniendo una casa con cuatro chamacos que comen cual si lo odiaran a uno, salir adelante con los recibos de agua, luz, cable y colegiaturas en escuelas particulares que de veras, cobran como si realmente fueran eficaces, más la letra del super coche que espera en la amplia cochera, devengando un sueldo que por cierto no lo recibe ni el office boys de la super secretaría que encabeza; es decir, con tan solo ¡seis mil pesos mensuales!.Después nos dijo que no, que lo que pasa es que había hecho mal las cuentas. Lo que no dijo es que los cálculos los había hecho pensando en alguna ciudad europea en donde el ingreso Per Cápita es superior unas quince veces al nuestro.
Después reaparece, tras del destape hecho por su “destapador y médico de cabecera, el señor Córdova Villalobos y nos dice que México dejo de ser un pueblo de jodidos y a las horas nos “ aclara” que, siempre no, que lo que quiso decir el secretario de Hacienda – esto es, no Ernesto Cordero—es que el gobierno es un gobierno rico, pero que el pueblo sigue estando en las mismas, con un significativo atraso en lo económico. Y pensar que, si las bases panistas y Calderón se encaprichan, el hombre puede llegar a convertirse en el próximo candidato a la presidencia de la República. Este próximo domingo, se cumplen dos años de la tragedia ocurrida en la Guardería ABC de
Hermosillo en donde murieron 49 niños y el resultado de los gritos de justicia, casi siguen en las mismas; dos, tres, chivos expiatorios en prisión y de los responsables directos, nada.
De lo rescatable de este drama que conmocionó al mundo entero es que, gracias a los esfuerzos de héroes anónimos, el cuerpo de bomberos de Hermosillo, socorristas de la Cruz Roja y empleadas de la misma guardería, se pudieron salvar ciento cuatro niños de los cuales, 24, sufrieron graves quemaduras pero que a Dios gracias, viven para contarla.
Otro que también vive para contar lo que ha sido del acontecer cajemense es don Jesús Flores González, quien lleva poco más de sesenta años por estas tierras del yaqui desde que llegó aquí, procedente de su natal Aguascalientes y se instaló con su taquería en los patios de aquel recién levantado Palacio Municipal, punto en el que el popular don Chuy, sigue vigente, y desde donde ha visto pasar a la mayoría de los alcaldes de Cajeme. Viene a cuento la historia de “don Chuy”, en ocasión de que éste próximo martes siete de junio estará cumpliendo la friolera de noventa y un años de vida, de los cuales, más de ochenta, los ha dedicado a la gastronomía. Felicidades al hombre y al padre que inculcó la importancia del trabajo y los valores a sus hijos que, de un tiempo a la fecha, se han puesto al frente del negocio por el que han pasado alcaldes, diputados y funcionarios públicos de todos los niveles.
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