Hace días en la televisión vi un especial en el que Alberto Cortez estaba cantando, como no tenía mucho que hacer y por la admiración que desde hace décadas he sentido por este cantante, decidí ver el programa completo. Por medio de su música reviví muchos pasajes de mi paso de la adolescencia a la joven adultez, pero también me acordé de que en una ocasión en que vino a Cd Obregón, escribí algo sobre él, busqué en mis archivos y encontré el escrito, el cual quiero compartir ahora con ustedes. El escrito mencionado fue escrito el 22 de enero de 1984 en el periódico Tribuna del Yaqui de esta ciudad y dice:
“En esta ocasión quiero escribir sobre Alberto Cortez, a quien considero mi amigo, aun sin haberlo conocido personalmente, y sin él saber siquiera que existo.
Pero…. ¿Cómo es posible considerar a alguien su amigo sin conocerlo físicamente? Existen muchas maneras, una de ellas es que se le puede conocer por sus acciones, en este caso yo conozco, y muy bien, a Alberto Cortez por su música, sus canciones y sus poemas.
Durante los largos cuatro años que pasé en el extranjero estudiando, tuve como compañero de mis nostalgias, mis anhelos y mis alegrías a Alberto Cortez, le llamo Alberto Cortez y no Alberto ni señor Cortez porque para mí su nombre es ese y no se debe ni se puede separar. Por otro lado ese no es su nombre verdadero, es el artístico, el verdadero ni lo conozco y la verdad a estas alturas no me interesa conocerlo.
Canciones como CALLEJERO, la apología al perro que todos quisimos, ; LA CASA FAMILIAR, que tanto me recuerda a la mía; EN UN RINCON DEL ALMA, de tantos recuerdos gratos e ingratos; CUANDO TE ASOMES AL AMOR, que cada vez que la oigo siento que yo se la escribí a mi hija (perdón por el plagio Alberto Cortez); ERIC, PETER Y JUAN, que por “culpa” de ella bauticé a mi hijo con el nombre de Eric; CUANDO UN AMIGO SE VA, que también siento que yo se la escribí a mis amigos Manuel y René ya muertos; LOS DEMAS, que me ubica en mi papel dentro de la sociedad; la quizás más conocida de él MI ARBOL Y YO, un canto a este componente tan importante de nuestra naturaleza; y otras muchas más que forman una larga lista de remembranzas hacen que me sienta amigo de Alberto Cortez.
Puede que lo que escribo suene raro, pues no es usual ni parece normal que un hombre escriba cosas de este tipo sobre otro hombre, pero creo que desde hace tiempo he estado esperando la oportunidad de escribir esto, sin menoscabo de mi hombría.
Quizá lo que escribo suena como un comercial, como los que tanto me molestan, ya que Alberto Cortez se presentará en el Teatro del ITSON el día 25 de este mes; si es así pido disculpas pues no ha sido mi intención hacerle promoción comercial, pues no la necesita, sino sólo ofrecer un mínimo e innecesario reconocimiento a uno de los pocos poetas que quedan en el ambiente artístico latinoamericano, a los demás no los conozco.
¿Por qué Alberto Cortez no ha tenido el éxito económico de otros cantantes y autores? En mi opinión la respuesta es sencilla: su música definitivamente no es comercial. Su música tiene mucho más sentido que lo que se escucha normalmente en la radio y la televisión comercial. Sus canciones son para ESCUCHARSE, no para platicar ni como música de fondo, por lo que considero no es fácil que se escuchen en la radio. Repito, sus canciones son para escucharse y viajar con ellas.
Nos veremos pues Alberto Cortez, por primera vez físicamente, y tendré el gusto de que oigas mi aplauso por primera y, quizá por única vez.”
Hasta aquí el escrito de 1984.
Cabe aclarar que no fue la única vez que fui a ver en vivo a Alberto Cortez, al año siguiente regresó a Cd Obregón, y en esa ocasión tuve la fortuna de encontrarme con él y con Rolando Lara (el promotor que lo trajo) en un restaurante después de su actuación, Rolando me llamó y le dijo a Alberto Cortez que yo había escrito un artículo sobre él el año anterior, y Alberto Cortez se acordó y hasta me dijo algunos de los pasajes escritos por mí, eso me llenó de orgullo. Estuvimos platicando un par de horas como lo que somos: amigos, pero que ahora sí nos conocimos en persona.
En estos días que lo vi en la televisión, me dio gusto ver que este artista con más de 45 años de trayectoria, vive con dignidad su edad actual, no queriendo actuar como si tuviera 30 o menos años, cantando sus canciones de una manera sobria, sin intentar dar notas que ya no puede dar, ni modo suena feo pero es la realidad, muchos de nosotros ya no damos las mismas notas ni tenemos el mismo vigor de hace 30 años.
Ojalá y muchos personajes públicos hicieran lo mismo que Alberto Cortez: vivir con dignidad su edad actual. No tiene caso “arrastrar la cobija” intentando actuar de una manera que ya no podemos, ya no podemos tirar la pelota con la misma fuerza, ya no podemos patear el balón con la misma fuerza y efecto, ya no podemos ni debemos imponer nuestras ideas a los que están a cargo de lo que alguna vez nosotros estuvimos.
Eso sí, podemos intentar enseñar a los más nuevos a tirar la pelota con fuerza y colocación, cómo patear el balón para que agarre efecto y anoten ahora ellos los goles, expresar nuestra ideas para que ellos las apliquen de acuerdo con su criterio y la situación actual para hacer de nuestra comunidad un entorno con mejor calidad.
Los jóvenes podrán así recurrir a sus amigos “mayorcitos” para recibir de ellos el consejo que en un momento dado pueden necesitar para mejorar su actuación, ya que dentro de algunos años, si Dios quiere, ellos también deberán dar paso a los más nuevos.