En su paso por Ciudad Obregón, Andrés Manuel López Obrador cautivó a cientos de cajemenses con el discurso que desde hace años es su obsesión, pero que se recrudeció a partir de la campaña presidencial del 2006: la Redentocracia.
Con las típicas frases contra “los 30 potentados empresarios”, Televisa, el PRIAN, la alianza Calderón-Elba Esther Gordillo y todo aquello que huela a la mafia “que nos robó la Presidencia”, provocó aplausos y simpatías entre los presentes.
Son la 6 de la tarde y el himno de Morena (Movimiento de Regeneración Nacional) se escucha a los cuatro vientos en la plaza 18 de Marzo, donde un grupo de féminas ya se avientan sus “quiebres” a ritmo de cumbia.
“Raza de bronce, de piel morena, pueblo de México en general, vamos unidos a la faena por la regeneración total”, suena y resuena la canción Byron Barranco, mientras se ondean decenas de banderas con las siglas del PT.
Con media hora de retraso llega el tabasqueño, escoltado por los hermanos Lamarque Cano. Al bajar del vehículo ya los esperan reporteros, contesta varias preguntas y sigue su recorrido ante el gozo de su feligresía que lo acoge paso a paso.
No son tiempos electorales, pero cómo se parecen: La gente lo abraza, saluda al “Peje, le dan ánimos, le entregan escritos ante un López Obrador que se limita a sonreír a las cámaras, celulares y demás dispositivos electrónicos.
Ya en el templete y bajo la mirada adusta del general Lázaro Cárdenas del Río, el ex Jefe de Gobierno comienza sus condenas, críticas, cuestionamientos, denuncias hacia la mafia, palabra predilecta de sus intervenciones, carentes de autocrítica.
En un hora de discurso solo reconoce uno, de los tantos errores que no le permitieron llegar a Los Pinos: la falta de organización de su partido para cuidar las urnas, lo cual fue aprovechado por la “Derecha” para cometer el fraude.
Pero la cita en el 2012 será diferente, promete, ya que en su recorrido por 2 mil 38 municipios del país, Morena ya tiene un millón 700 mil afiliados en todo el país y se han formado 33 mil comités ciudadanos que defenderán el voto.
Al borde del cinismo, el “Peje” se pregunta por qué la gente sigue votando por el PRI, como en el Estado de México, donde los pobres apoyaron a sus verdugos, que primero los empobrecen y después les avientan las migajas.
Y sigue, prosigue y expone sus recetar para salvar a México, cargadas de voluntarismo y de maniqueísmo, pues nada más se podría esperar de quien hoy por hoy, encabeza las preferencias para conseguir otra victoria “moral” en las urnas.
Fiel a sus raíces del sureste mexicano, el Peje vive en su edén, donde solo lo que sale de sus labios tiene la marca de lo infalible, como ese postulado que afirma que “Solo el pueblo puede salvar al pueblo”. Es el nuevo slogan de la izquierda, Redentocracia ya, patria para todos.