La búsqueda de una mejor forma de gobierno entre los pueblos, es tan vieja como las aspiraciones del hombre por alcanzar la felicidad.
La historia nos habla de dos o tres culturas que han desaparecido por completo y que el poderío que ostentaron no fue suficiente para salvaguardar el bienestar de sus gobernados.
Para Aristóteles, por ejemplo, considerado, hasta ahora, el creador de los fundamentos del Estado moderno la mejor forma de gobierno es aquel en el que gobiernan los mejores hombres. Antes de que llegaran, por supuesto, los cuates del alma a los que se tienen que colar y colocar en los mejores cargos, a la diestra del señor y de la clase feudal y que ha sido y seguirá siendo, por lo siglos de los siglos.
De ahí que, si bien no están descubriendo el hilo negro don Carlos Navarrete, el perredista, ni Manlio Fabio Beltrones, el priista ( al menos hasta hoy en que no se ha anunciado oficialmente el destape de Enrique Peña Nieto, como candidato del PRI a la Presidencia de la República y más adelante te digo porqué…) al coincidir ambos en que en México ha llegado la hora de establecer un gobierno de coalición, al menos si es posible que haya llegado la hora de pensar en que éste, como régimen o sistema de gobierno, se ha quedado corto y ya ha sido rebasado ante los grandes problemas que afronta la nación. Sobre todo en lo económico en el que se muestra la desigualdad de una democracia enclenque, imperfecta y desaliñada que por supuesto, tampoco encaja con el pensamiento aristotélico el que, por añejo que esté, sigue cobrando vigencia por lo certero de sus apreciaciones:
Para el discípulo de Platón, la virtud del hombre de bien es necesariamente la del ciudadano del Estado perfecto. Por lo tanto, del mismo modo—agregaba—y por los mismos medios de que se vale el hombre para lograr la bondad perfecta, forjará un Estado que tenga que ser gobernado por una aristocracia o por un Rey; la educación y hábitos que forman el hombre de bien hacen el apropiado para gobernante o Rey.
Si, nada más que, hasta nuestros días, la educación y las letras siguen sin entrar en donde hay hambre y el hombre sigue sin desarrollarse ampliamente, tanto en lo espiritual como en lo material, en un Estado en donde no hay garantías para su libertad y su seguridad.
Volviendo con los nuevos impulsores del Estado de la era moderna, Beltrones y Navarrete, la idea no está mal, falta llevarla a la práctica y ante todo, lograr que la adopten las tres fuerzas políticas que actualmente se reparten el poder político en México.
Ciertamente, como bien señala el ex gobernador sonorense, el gobierno de coalición que propone ( y que seguramente tendría que instaurarse a partir del próximo sexenio entre cualquiera de estos tres personajes que llegue; Andrés Manuel López Obrador, Enrique Peña Nieto, Manlio Fabio Beltrones, Josefina Vázquez Mota o Santiago Creel Miranda ) facilitará en gran medida la aprobación de reformas propuestas por el ejecutivo ante el Congreso, además de que facilitaría, también, los acuerdos y la solución de los problemas a partir de una mayoría plural, objetivos comunes y daría lugar a un gabinete de calidad, “no de cuotas, ni de cuates”.
Y, volviendo con el filósofo de Estagira, ( antigua ciudad de Grecia en donde Filipo II pudo mandar construir sin el menor reparo uno de los más grandes acueductos de la historia, no obstante a haberla destruido en su totalidad, previamente, muy parecido al levantado aquí en Sonora por Manlio Fabio I desde los Pueblos Yaquis para darle agua a Empalme, Guaymas y San Carlos, asistido por los letrados de la época, González Astorga y Sánchez Perverso ) no es que hayan fallado de alguna forma sus tres recomendadas formas directas de ejercer el mando, mediante la separación de poderes, las que hasta nuestros días, siguen estando vigentes: El ejecutivo, el Legislativo y el Judicial.
Como bien ya lo habrás sospechado, aguzado lector, entraron en acción los cuatachos del alma y de la misma forma se extendió por toda la república el pago de cuotas y así tenemos que desde entonces ( doscientos años más o menos, después de la caída de Iturbide, misma que se agudiza a partir de la revolución de 1910 y se gangrena con el arribo de los caudillos y el resto de los cuates que llegaron al poder ) a la Presidencia de la República, a las gubernaturas, las alcaldías y las diputaciones, no siempre llegan los más preparados y los más indicados.
En pocas palabras. No es el método ni la estrategia lo que falla.
Es el hombre. El mismo que se encargará de echar por tierra, también, si no se fijan las reglas claras y no se establecen los candados necesarios, el anunciado gobierno de coalición. Dudo que haya hasta nuestros días un sistema de gobierno más práctico y funcional que fomente mayormente la democracia que el establecido por Aristóteles, sin embargo, es su aplicación la que se trastoca, no su espíritu republicano, mismo que se sigue dejando de lado al momento de “ elegir” a quienes habrán de representarnos en las urnas. Y así, pues, sencillamente, no se puede.
FIERRITOS EN LA LUMBRE
Y como botón de muestra a lo dicho pisos arriba, ahí la terca postura del alcalde Manolo Barro por impulsar las candidaturas de sus borregos, perdón, delfines, dice él, el Chiveto, Luis Alberto Plascencia Osuna a quien, pese a las protestas del resto de los aspirantes a la grande como son los casos de Eloisa Flores y Rodrigo Ramirez quienes hacen su lucha aparte, el Manolo le mandó levantar un escenario muy ad hoc ( en el caso del Chiveto ) en el que lo mandó a tocar puertas, so pretexto de recoger algunas de las inconformidades de la ciudadanía, acompañado de algunos funcionarios municipales que ninguna vela tienen en el entierro, mientras que a nuestro querido ilustre doctor Chapatín, Víctor Landeros, lo sacó de las mazmorras preventivas en donde lo tenía de encargado y de jefe de barandilla municipal le acondicionó una bien refrigerada oficina en donde desde hace algunos meses, trabaja deshojando la margarita y haciendo constantes giras por las comunidades del norte del municipio, en busca del apoyo necesario que lo lleve alcanzar la candidatura del PAN, con rumbo a la diputación local por el XVIII distrito. Y en más del cumplido secretario del Ayuntamiento pero mejor médico de cabecera del Manolo, transcribimos el siguiente envío que llegó al correo del suscrito y que lleva el siguiente título:
Se "deschabetó" el Chabeto: A quien no le bastó con sentirse galán otoñal o artista de televisión, ni le fue suficiente el apodo de Mauricio Garcés, es al secretario del Ayuntamiento de Cajeme, Luis "Chabeto" Plascencia Osuna, que ahora hasta se siente superhéroe para promover sus aspiraciones políticas con un logotipo muy al estilo del Chapulín Colorado.
Dice la raza de Cajeme que al susodicho personaje panista se le ocurrió tapizar todas las esquinas con anuncios espectaculares y lonas muuuy azules, en las cuales se le ve con cara de felicidad y sonrisa galanezca, como queriendo impresionar a las señoras, que son voto útil y efectivo, sin lugar a dudas.
Lo interesante de todo esto es que el tal "Chabeto" disfraza su campaña anticipada por la alcaldía de Cajeme con publicidad engañosa en forma de portada de revista local.
Por eso es que la raza anda diciendo que el secretario ya se "deschabetó". Ahora hay que ver si le pega la estrategia o de plano tendrá que esforzarse en poner una mejor sonrisa en las fotos. ¡Pácatelas! Sugerencias y comentarios; premiereditores@hotmail.com y en twitter, @columnista2