Jorge A. Lizárraga Rocha
Su nombre lo dice, es la terapia (algo así como curación o tratamiento de enfermedades) por medio de la risa. ¡Cuánta falta nos hace reír!; de cualquier cosa, pero reír, y si esto ayuda a tener mejor salud, con mayor razón.
Recuerdo que en 1981 cuando le dije a mi apá que nos íbamos a venir a vivir a Cd. Obregón, entre sus comentarios positivos por nuestra decisión estuvo el de que nos íbamos a venir a vivir a una ciudad adonde se sabía reír. Tenía razón en su aseveración, al llegar a esta bendita tierra encontré que la risa es parte de la vida diaria en ella; reímos en el trabajo, en la escuela, en el café, etc.
Con el paso del tiempo tristemente nos damos cuenta que en nuestro México Querido algunos han perdido la costumbre de reír, y prefieren sumirse en comentarios amargosos que les deforman la cara al hacer gestos de desaprobación; sinceramente yo prefiero que se me deforme la cara con una buena carcajada, es más sano.
Esa tendencia a dejar de reír ha dado paso a que ya ¡Hasta cursos para reír se estén ofreciendo!, cuando la risa es algo natural que debemos traer en nosotros. Basta con salir al campo y escuchar las risas que nos brindan los animales silvestres, sobre todo las aves en su concierto de risas y cantos con los que viven todos los días.
Estuve buscando algo de información sobre la risoterapia (algunos le llaman risaterapia) y encontré algunos comentarios sobre el tema. Uno de ellos es que es una oportunidad de relajación, aumentar nuestra capacidad sensorial, hace más fácil el amar, llegar al silencio, al éxtasis, tener más creatividad, etc. Todo ello simplemente comportándonos como niños, pues en esa preciada etapa de nuestra vida, es cuando mejor sabemos reír.
Se habla de que la risa espontánea y abierta ayuda a eliminar las presiones de la vida diaria, tensiones, ansiedad, depresión colesterol, adelgaza, reduce dolores, insomnio, problemas cardiovasculares, respiratorios, en fin prácticamente cualquier enfermedad. Esto debido a la liberación de endorfinas, responsables en gran parte de la sensación de bienestar.
Una de las razones para lograr estos grandes beneficios por medio de la risa, es que cuando reímos es imposible pensar, lo que ayuda a llenarnos de fuerza pues toda la energía se dedica a una sola acción: la de reír.
Pensemos amigos en la última vez que nos reímos con ganas por lo menos durante unos minutos, después del “ataque de risa” nos sentimos vitales, energizados y llenos de sentimientos positivos, como si volviéramos a ser niños.
La risoterapia no es nueva, ha sido utilizada desde hace miles de años por la culturas que dieron forma a la sociedad actual. De ahí el origen de los payasos, los bufones y todos aquellos terapeutas que por medio de la risa lograban curar a los enfermos.
El ser alegres y estar de buen humor, están irremediablemente unidos a la risa: gracias a este estado mental, podemos ser más tolerantes, capaces de enfrentar mejor las dificultades cotidianas y mantenernos física y mentalmente sanos. Considero que todos estamos convencidos de que cualquier ser humano que vive en circunstancias positivas vive mejor y es más feliz; por ello debemos considerar la risa como una forma constante de mantenernos saludables en todos los aspectos.
Les invito a que riamos sin razón, es decir sin buscar un pretexto para hacerlo; ojalá y todos pudiéramos reír en compañía de nuestros hijos, parejas, nietos, amigos, etc.; considero que sería un gran paso para resolver una gran parte de la problemática que tenemos actualmente: la emocional.
El tema este se me ocurrió después de una sesión de risas que tuvimos cuatro parejas de casados, todos con más de 35 años de feliz matrimonio, que nos juntamos a jugar el llamado dominó cubano, que creo que no es cubano pero que sirve de pretexto para que regularmente nos reunamos a reírnos por puras simplezas, o mejor dicho reírnos por el simple hecho de que estamos vivos.