por Jesús Martínez
Aprendices de jefes
Hay quienes que al desempeñarse en un cargo sindical, por modesto que sea, lo consideran una oportunidad de hacer carrera dentro de la política sindical; y no está mal, claro que no! Es una legítima aspiración sobre todo cuando se tiene la capacidad de indignarse ante lo injusto y vocación de servicio a los demás. Lo malo es cuando se ve como una oportunidad de ejercer poder, por limitado que sea, para beneficio personal cualquiera que sea éste su índole. Y lo peor es cuando el cargo se ejerce de manera despótica y autoritaria para con los que debe de servir, al tiempo que con los que considera sus “jefes” adoptan una actitud por demás servil sin el menor recato de dignidad dejando, además, de lado los intereses de la colectividad laboral que representa.
Es lamentable el papel que desempeñan estos jefecillos (así, sin entrecomillarse y tono despectivo) pero más lo es el hecho de que los compañeros trabajadores lo permitan, eso es profundamente lamentable! porque el permitirlo condiciona la existencia de ellos, de los jefecillos, así como también explica la cadena de jefecillos que se forma hasta llegar a la existencia y permanencia en el poder de la “maestra”, la jefa máxima, a sabiendas de la forma de como ejerce su poder, las relaciones de corrupción que ha creado para su sostenimiento, el desvío de recursos y el amasar una gran fortuna a partir del manejo de las cuotas sindicales. Eso es peccata minuta para sus subalternos en la estructura, puesto que es el puesto al que aspiran y no vaya a ser que por azares o accidentes del destino les toque, como suele suceder; o bien, que les toque por designio presidencial, como a ella le tocó.
Aunque es un tema del que hay mucho que abundar y desde luego no deja de preocupar, el caso que ocupa es el del Profesor Juan Adolfo Portillo García, Secretario General de la Delegación D-I-54 de Quetchehueca, Sonora. Cuando asume el cargo su principal aspiración fue la de formar parte del Comité Ejecutivo Seccional con una cartera o una comisión a costa de lo que fuera necesario hacer. En su pretensión, se olvidó, si alguna vez los recordó, de los compromisos por los que tomó protesta, para ponerse a la orden de los que consideró sus jefes en la Secretaria de Organización IV y que buscaban mantenerse dentro del comité seccional. Al momento del cambio no le cumplieron las promesas y continúa al frente de la delegación para el periodo que concluía el pasado mes de abril. Un grupo numeroso de trabajadores de la misma delegación al ver que no se convocaba para el cambio correspondiente acuden el pasado 22 de septiembre con el Profr. Enrique Evangelista, coordinador regional, para que gestione la convocatoria requerida; no pasó nada y su solicitud fue olímpicamente ignorada a pesar de ser una obligación entre sus tareas. Inquietos por ser ignorados, acuden al Comité Ejecutivo Seccional que, a pesar der ser también su obligación, les dicen desconocer la situación remitiéndoles de nueva cuenta con su coordinador. Es decir, ni les resolvieron como tampoco pasó nada, no son parte de la agenda. Mientras, el Profr. Portillo García se jacta de que por mandato de “arriba” lo mantienen en su cargo extemporáneamente por considerarse indispensable en las tareas del próximo Congreso Nacional de Educación, al que por cierto aspira ser delegado. Por si fuera poco intimida y amenaza a los trabajadores que le exigen ya cumpla mínimamente con lo establecido en los estatutos. A los que debe respetar por obligación y no por decisión personal u opcional.
Cabe mencionar que de un universo aproximado de 32 trabajadores que integran la delegación sindical alrededor de un 45% son trabajadores interinos, una de las manifestaciones más graves del actual desorden que prevalece en la SEC. Pero además se vuelven pieza clave en los procesos de elección; es de sobra conocido como se les “maneja” a la hora de emitir el voto en pago del beneficio otorgado y, desde luego, de que se les siga otorgando.
A la mano se tiene una copia de la solicitud de convocatoria de cambio delegacional con las firmas de recibido tanto por parte de la Secretaría de Organización IV como de la Secretaría General de la Sección 28; habrá que esperar a ver cuándo se les “concede” la gracia del cumplimiento de una obligación, porque esperar a que estas prácticas desaparezcan es como esperar a que la “maestra’ deje por voluntad el cargo culmen de la cadena de jefecillos que se inicia en profesores como García Portillo.
¿Qué está pasando en la Secundaria Técnica No 2 de Cd. Obregón?
Si, la pregunta es qué está pasando en la Escuela Secundaria Técnica No 2 de Cd. Obregón? Pregunta de la que se desprenden otras, como: Quién mueve los hilos para que una situación tan conflictiva entre el personal se esté tornando añeja? Porque la indiferencia del Comité Ejecutivo Seccional para mediar y conciliar? Porqué el supervisor Armando Toscano, que funge como director comisionado, se vuelve represor de la mayoría del personal por el hecho de apoyar a la directora actualmente separada del cargo? Qué hace el Profr. Ambrosio en su responsabilidad como jefe de sector? Porqué el secretario general de la delegación sindical de ese centro de trabajo, en vez de conciliar a sus representados desconoce a la mayoría que no lo apoya; porqué se niega a convocar a una reunión, al menos informativa, por temor a ser desconocido en su cargo?
Preguntas que se quedan sin respuesta, conflictos que se dejan a la espera de que “las aguas se calmen”, frase que como respuesta se está volviendo común para cubrir la indolencia.
Mientras, los padres de familia inconformes y apunto de intervenir, el problema se dirime en los medios de comunicación y entre el personal se está a punto de que se susciten actos de violencia. Hasta entonces, quizás, aparecerán los directos responsables con sus juicios y soluciones salomónicos erigiéndose dueños de la verdad, bajo la tesis de que al fin y al cabo no pasa nada!